La era de la automoción tiene intranquilos a los conductores de camiones

No hay sector que sufra más la automoción que el de los conductores profesionales

Este hito histórico es motivo de celebración y exaltación de lo lejos que ha llegado el ser humano en tecnología y automoción. Todo el mundo lo celebra, salvo los conductores de camiones que ven como estos avances les pueden hacer perder sus empleos. Y es que no hay sector que vaya a sufrir más este adelanto tecnológico.

Al igual que en la revolución industrial, cuando las máquinas sustituyeron muchas manos, ahora el éxito de la automoción puede ahorrar muchos costes de logística y distribución a las empresas. Según TechCrunch llenar un camión y mandarlo desde Los Angeles a Nueva York cuesta unos 4.000 dólares, de los que más de la mitad son coste de conductor. Según la ley americana, un conductor no puede estar más de ocho horas seguidas conduciendo sin descansar al menos otras ocho. No es difícil imaginar el ahorro de una flota autoconducida.

Además del ahorro monetario también se gana tiempo por poder hacer los viajes ininterrumpidamente. Por si fuera poco, los expertos aseguran que los coches autoconducidos gastan menos combustible porque llevan una velocidad media constante, sin cambios bruscos y sin encender y apagar motor.

Por el contrario, a favor de los camioneros está el hecho de que los organismos reguladores y legislativos no van a dar luz verde tan fácilmente a los coches y camiones autoconducidos. En primer lugar porque el tema de la seguridad es muy delicado y una vez que un fabricante de vehículo autoconducido presente su producto deberá pasar muchos controles y exámenes. Por otro lado, la creación de carriles especiales para estos vehículos de conducción, digamos que lenta, será costoso y no muchas economías serán propensas a contraerlos, más si cabe con la presumible presión que tendrán de los conductores profesionales.