La industria del videojuego se marchará de Reino Unido tras el Brexit

Esta información se soporta en una investigación de Ukie, organismo de comercio de la industria, que determinó que el 57 por ciento de las empresas desarrolladoras de juegos tienen una plantilla formada por trabajadores europeos y muchos de ellos no están tan seguros de su futuro en Reino Unido.

Este dato es muy curioso, debido a que, de acuerdo con The Guardian, el Reino Unido es el sexto mercado de juegos más grande del mundo en términos de ingresos por consumo, sin embargo dos quintas partes de las compañías de juegos establecidas en Reino Unido simplemente piensan en moverse tras el Brexit.

Tal parece que la principal motivación a esta decisión que tomarían muchas empresas en este sector es debido a la preocupación principal de perder talento internacional que son ciudadanos de la UE, obligando a movilizar sus operaciones. Esta decisión también se afianza en el hecho de que dentro de Reino Unido no existen la cantidad de candidatos calificados necesarios para cubrir estas plazas.

Ciudades como Barcelona podrían beneficiarse del Brexit gracias a su potente industria de videojuegos.

Uno de los afectados es Henrique Olifiers, cofundador y director ejecutivo de Bossa Studios, quien señaló: "Esta incertidumbre creada por el Brexit es perjudicial para nuestros empleados de la UE, tanto como para nosotros que ahora no tendremos acceso abierto a los mejores y más brillantes talentos europeos, muchos de ellos ahora se niegan a reasentarse en Reino Unido, así que nosotros tenemos debemos evaluar si es posible producir nuestros futuros juegos fuera de la Unión Europea".

Otra cara del mundo del videojuego afectada con la implementación del Brexit es el mercado minorista, ya que un tercio de la cuota de este segmento proviene de las ventas físicas, y que ahora estarán sujetas a nuevas tarifas cuando Reino Unido abandone la UE. De hecho empresarios del sector señalan que con esta medida se implementarán nuevos aranceles sobre los productos físicos, algo que será real una vez que se pierdan todos los derechos luego de salir de la Unión Europea.