Octubre de 2006, 'Telefonía y Comunicaciones para Todos' publicaba una entrevista con el Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la información, Francisco Ros, en la cual anunciaba que "la asignación de espectro para la televisión en movilidad, supuestamente inminente, no iba a estar asociado a ninguna tecnología".
Han pasado tres años y el problema no es que el Gobierno imponga, o no, un sistema determinado, ¡del mal el menos!, sino que sigue sin haber frecuencias asignadas. ¡Increíble!
Es curioso como incluso los periodistas nos hemos aburrido y ya ni preguntamos por un tema que ocupó páginas y páginas de los medios de comunicación. De hecho, Viviane Reading apostó en su momento por DVB-H y hay quien invirtió en terminales, en personal o creó un modelo de negocio.
Ha pasado tanto tiempo sin que nada ocurra al respecto que, en su carrera meteórica la tecnología ha evolucionado y hace sólo un par de meses la GSMA (asociación mundial de operadores de telecomunicaciones) anunciaba que aconsejaba a sus miembros implementar IMB (Integrated Mobile Broadcast) como sistema de televisión en movilidad.
Además, aprovechando que el Pisuerga pasaba por Valladolid, nos han contado que si los operadores aceptaban hacer de recaudadores para mantener Televisión Española sin publicidad, los agraciarían con alguna frecuencia. Frecuencias que tenían que estar ya asignadas y repartidas hace tiempo, porque, de otra forma, los millones que se están invirtiendo infraestructuras podría ser baldío y... dudo que eso ocurra.
Queríamos televisión, sí, e incluso pagar por ella, pero para verla en nuestros móviles, no para que el ENTE pueda retirar la publicidad para mayor gloria de 'otras' cadenas.
Si (
No(
