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Con las susceptibilidades a flor de piel

Telefónica pierde la batalla de la Champions pero espera ganar la guerra del fútbol
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Telefónica pierde la batalla de la Champions pero espera ganar la guerra del fútbol

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
martes 29 de septiembre de 2015, 23:05h

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Tal vez ocurra que BeIn Sports considere que Movistar se crea el dueño del mundo y que quieran hacerlo todo; tal vez las posturas estén tan encontradas que el diálogo parece imposible; tal vez la oferta económica es inviable o, quien sabe, igual hay una nueva pugna encubierta entre los operadores. Pero ha llegado el día; empieza la Champions y Movistar+ no la emite. Ahora la cuestión es ¿por qué? ¿Qué ha pasado? ¿Quién ha intervenido? ¿Es juego limpio? Y ¿realmente importa?

Lo cierto es que el sorteo de derechos de televisión para las próximas temporadas de la Champions League se realizó hace año y medio, momento en que Televisión Española, de la mano de TV3 quiso renovar sus opciones para la emisión en abierto; y fue Antena 3 quien se llevó el gato al agua.

El mismo día se presentaron las ofertas en lo que técnicamente se denomina ‘tender’ para los derechos de emisión en televisiones de pago y la UEFA se los adjudicó a BeIn Sports, la cadena heredera de Gol T y que nació del acuerdo entre Mediapro (Jaume Roures y Tacho Benet, entre otros) y la satelital y potentísima empresa catarí, Al Jazeera.

Al otro lado de la mesa y con una apuesta que seguro que a muchos ojos resultaría imbatible, se sentaba Movistar+ quien, aproximadamente 18 meses después aparece como la gran derrotada y la única cadena que no a va a ofrecer la máxima competición europea a sus clientes.

Movistar no puso el dinero encima de la mesa pero…

En términos objetivos, es cierto que paradójicamente, Telefónica optó por comprar competiciones que se ve obligada a compartir y, que, oficialmente, no “puso el suficiente dinero encima de la mesa” para acceder a un contenido ‘premium’ que podría haber ofertado en exclusiva. Como también lo es que aparenta ser un novato en esto del fútbol al querer negociar las competiciones de año en año.

Sin embargo, sobre cómo o por qué fue Telefónica la perdedora hay serias dudas y, si bien las pujas se presentaron mediante plicas y, por tanto, son oficialmente secretas, el tema parece estar bajo la larga sombra de la investigación que rodea los negocios del fútbol internacional y que ha alcanzado tanto al presidente de la UEFA, Michel Platini, como a los mismos catarís y su interés por el fútbol (Mundial de 2022).

A Mediapro le interesa una buena relación con Telefónica

Con la Champions en el bolsillo y tras un acuerdo con dos de los tres operadores convergentes que tienen oferta televisiva de ámbito nacional, Vodafone y Orange, además de con Telecable y Total Channel, BeIn Sports no parece sufrir alteraciones de tensión por el hecho de que Telefónica no se avenga a pagar los casi 200 millones de Euros que le solicitan al barajarse un variable por número de televidentes; ya que el ‘eau de petróleo’ mantiene la fragancia inalterable y los ánimos encendidos.

Lo curioso es que a Mediapro, empresa de servicios televisivos y de venta de contenidos, le conviene mantener una buena relación con los de Alierta: resulta evidente que, hoy por hoy, son unos importantísimos clientes potenciales. No obstante, cansados de emitir ‘notas sonda’ advirtiendo que Movistar+ no tiene la Champions, se plantean la idea de que Telefónica no quiera llegar a acuerdos económicos con ellos para no hacerlos más fuertes y, así, evitar que puedan realizar nuevas y ‘peligrosas’ inversiones.

En el campo contrario, en Distrito C, se preguntan si los de Roures están jugando a favorecer a Vodafone y a Orange y, de paso, forzar que el año que viene pague la cantidad que le pidan al llegar el momento.

Las susceptibilidades están a flor de piel

Por un fútbol sostenible

Lo que está claro y así lo han hecho saber en las últimas horas, es que Telefónica no va a emitir la Champions a cualquier precio. Tienen una oferta potente y suficientemente atractiva para sus clientes en términos de conectividad, convergencia y contenidos y es posible que los márgenes económicos no les cuadren.

Un tema importante es que, como mencionábamos al principio, el mejor partido de la jornada lo emite Antena 3 en abierto y con los otros se elabora un resumen de una hora de duración; también que es una competición eliminatoria que según avanza puede ganar o perder interés y en consecuencia el número de televidentes es variable; de forma que 12, 15 ó 20 millones de euros por partido es una cantidad que puede cuestionarse.

Hay que recordar, igualmente, que al adquirir Telefónica Canal+, todas sus operaciones están reguladas. Por tanto, caso de ceder o llegar a un acuerdo con Mediapro, a Movistar+ le quedan dos opciones: vender los paquetes a un precio elevado, mientras la competencia lo tiene a 6 euros o regalarlo dentro de su oferta, con lo cual la CNMC entraría en el partido de forma inmediata.

En este estado de cosas, Telefónica ha fijado una postura ligeramente diferente a la que mantenía hace unos meses: busca con los contenidos un modelo similar al de la fibra, que saque España de la cola de Europa en cuanto a televisiones de pago se refiere y la ponga, si no a la cabeza, sí en el mapa. Y pretende que el modelo sea sostenible y que se frene la escalada de cifras que ya suenan disparatadas; lo cual choca frontalmente con las ambiciones de Mediapro y su forma de actuar.

Así pues, esto es un futbolín. A un lado, Jaume Roures y Tacho Benet; al otro Pedro Guillén y Luis Blasco. Los primeros dicen que hace semanas que no los llaman. Los otros, como las buenas chicas, dirán que ellos esperan ser llamados. No en vano, son el cliente soñado.

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