Hace unos días unos hackers robaron unos 120.000 bitcoins (72 millones de dólares) a la plataforma de cambios de la moneda digital Bitfinex, uno de los mayores robos en Internet que se recuerda. A la vez, representantes de bancos centrales de diferentes países se reunieron para valorar los aspectos positivos de digitalizar la economía y vivir en un mundo sin dinero. Estas dos noticias resumen muy bien el momento en el que nos encontramos, de ilusión por un futuro digital y temor por los riesgos asociados a lo intangible.
El robo de los hackers a Bitfinex es un varapalo muy fuerte para los defensores de los Bitcoins
El robo de los hackers a Bitfinex es un varapalo muy fuerte para los defensores de los Bitcoins. Los cibercriminales han conseguido sustraer 72 millones de dólares, el 0,75% de los activos de la moneda digital en circulación, según el Financial Times. Ahí es nada. Para contrarrestar este duro golpe la plataforma de intercambio ha comunicado a sus clientes que quitará un 36% a cada uno de sus clientes, sin distinción. Una decisión salomónica que no sentará bien a su comunidad. Pero asalta una pregunta lógica ¿Si el robo ha sido de una moneda digital, los movimientos de esos bitcoins no pueden ser rastreados?. Desde Bitfinex han asegurado que dentro de poco darán explicaciones sobre el saqueo, pero ya afirman que no es un fallo del sistema de seguridad.
Por otra parte, muchos representantes de bancos centrales se han reunido esta semana y han dejado ver que la opción de expedir moneda digital se valora positivamente. EEUU no estuvo presente en el debate, y como líder del poder monetario central debería adquirir un papel de líder en esta transición.
Una moneda digital facilitaría la recaudación de impuestos y haría muy difícil el blanqueo de dinero
En esta reunión se ideó como sería una moneda digital estatal. En primer lugar tendría que haber una institución similar a un banco central que velará por el intercambio de depósitos y recaudos. Todas las operaciones quedarían grabadas en el sistema informático, una de las grandes ventajas de una moneda digital que haría muy complicado eliminar pruebas en caso de estafas. Otras ventajas serían ahorrar unos 1.000 millones de dólares anuales en impresión de billetes, transporte y vigilancia.; la recaudación de impuestos sería mucho más fácil y el blanqueo de dinero una misión prácticamente imposible.
Otra de las grandes ventajas que ven los bancos centrales es que podrían aumentar créditos y contolar el sistema financiero sin necesidad de bancos comerciales o intermediarios
La implementación sería un problema
El mayor de los problemas de pasar a una moneda digital estaría en la implementación. Actualmente los bitcoins y otras monedas digitales existen, pero su uso es muy bajo y focalizado en los márgenes de edad entre 19 y 44 años. No todos los ciudadanos están cómodos con una moneda digital y la brecha digital entre los alfabetizados digitales y los que no lo son se haría muy grande.
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