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Por Alfonso de Castañeda
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viernes 16 de febrero de 2018, 14:53h

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El Ejecutivo británico ha acusado a Rusia y a sus fuerzas militares del ciberataque global que el pasado verano secuestró 300.000 ordenadores de empresas e instituciones.

Londres ha señalado directamente al Kremlin como artífice y autor del ciberataque que paralizó prácticamente Ucrania y golpeó a empresas privadas y organismos gubernamentales estratégicos en Europa, India y Estados Unidos. La acusación no se queda sólo en la “maliciosa” acción conocida como NotPetya, sino que les acusa de oscuras intenciones para tratar de “socavar la democracia”.

“Hemos entrado en una nueva era de conflicto en la que asistimos a una destructiva y mortífera combinación de poderío militar convencional con maliciosos ataques cibernéticos” ha asegurado Gravin Williamson, ministro de Defensa británico. Y ha sido el propio ministro el que ha denunciado los planes de Rusia para “minar nuestras democracias apuntando contra estructuras fundamentales y utilizando la información como arma”, en referencia a las noticias falsas.

Hemos entrado en una nueva era de conflicto en la que asistimos a una destructiva y mortífera combinación de poderío militar convencional con maliciosos ataques cibernéticos.

El ministro de Defensa ha utilizado NotPetya como ejemplo de la amenaza rusa. Este ciberataque tenía como objetivo primero los sectores financiero y energético del Gobierno de Ucrania, un país que se encuentra en guerra con Rusia desde que un grupo de insurgentes ucranianos apoyados por el Kremlin apuntalaron la anexión rusa de la península de Crimea en 2014. Además, los bancos ucranianos e incluso el sistema de control de Chernóbil se vieron afectados, algo que las autoridades de Kiev calificaron como un ataque sin precedentes.

Por la naturaleza del ataque, NotPetya terminó contaminando ordenadores de firmas europeas y estadounidenses que mantienen lazos comerciales con Ucrania, aunque también hizo efecto espejo y golpeó entidades rusas.

"El Gobierno ruso, y específicamente sus militares, fueron responsables del destructivo ataque NotPetya, en junio del 2017"

Los tentáculos de la crisis golpearon desde multinacionales como Reckitt Benckiser hasta los puertos de Bombay. El ataque empleó una modificación en Ucrania de Petya por lo que se denominó NotPetya (o Nyetna). El ataque había afectado a tres centenares de miles de equipos en el mundo, y por el que se pedía un rescate en bitcoins.

Con este dardo al corazón de Rusia, el gobierno de Theresa May busca demandar “una respuesta internacional coordinada para defender un ciberespacio libre, abierto, pacífico y seguro”, defiende Tariq Ahmad, secretario de Estado de Relaciones Internacionales de Reino Unido.

“El Gobierno ruso, y específicamente sus militares, fueron responsables del destructivo ataque NotPetya, en junio del 2017”, ha sentenciado Ahmad, y ha pedido a Rusia que “se comporte como el miembro responsable de la comunidad internacional que alega ser, en lugar de intentar socavarla en secreto”.

La Casa Blanca también señala a Rusia

La Casa Blanca también ha acusado a Rusia del ciberataque y ha señalado que fue el ejército ruso y que se “propagó por todo el mundo, causando daños en miles de millones de PC y provocando importantes consecuencias económicas para Europa, Asia o América”, asegura Sarah Sanders, secretaria de comunicación de la Administarción de Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

Es parte de la campaña del Kremlin para desestabilizar Ucrania. Demuestra claramente su participación en un conflicto en curso.

Sanders, además, ha asegurado que NotPetya es una parte de la compaña que está llevando a cabo el Kremlin para “desestabilizar Ucrania. Demuestra claramente su participación en un conflicto en curso”. Sanders señala que NotPetya fue “un ciberataque indiscriminado e imprudente que tuvo consecuencias internacionales”.

Esta es la primera vez que la Casa Blanca acusa de manera formal al Gobierno de Rusia de estar detrás del ciberataque, pese a los indicios señalados por muchos expertos en ciberseguridad.

Rusia niega las acusaciones y se defiende

El portavoz del presidente, Dmitri Peskov, ha rechazado de forma categórica las acusaciones porque “no presentan ninguna prueba” y ha asegurado que “no se trata más que de la continuación de la campaña rusófoba” organizada por los países occidentales.

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