Android Auto tiene un objetivo fundamental: hacer más seguro nuestro acceso a las funciones del Smartphone par que dejemos de fijarnos en él y reducir así la cuota de accidentes por enviar mensajes o contestar llamadas. Para lograrlo, una nueva pantalla se suma a los coches, conectada a través de un sistema USB (pronto Bluetooth o WiFi). Instalada en el tablero del vehículo nos permitirá tener la información de la mejor manera, dispuesta de tal forma que reducirá nuestra distracción para que nos concentremos en la vía.
Esa pantalla encima del tablero se convierte en nuestro dispositivo Android, aunque con una interfaz simplificada y segura para cuando estamos conduciendo.
Según los creadores, la interfaz es diferente a la de un teléfono Android, porque debe mantener una interfaz con plantillas específicas, lo que hace que el diseño y la posibilidad de crear aplicaciones diferenciadas sea muy limitado, porque deben ceñirse a la normativa de distracción en el manejo.
Y es que aunque los desarrolladores pueden agregar todos los géneros de medios que deseen, desde podcasts hasta streaming de música, no tienen control sobre la interfaz, lo que motiva que Play Music y Spotify tengan un aspecto similar, por ejemplo. Así, la diferenciación viene dada por las etiquetas de los botones, los logotipos y los colores de fondo.
Las aplicaciones que actualmente permite Google son las de medios y mensajería, estas están controladas por voz. Es probablemente imposible el desarrollo de apps de vídeo o de videojuegos, pues está contraindicado en las normas de conducción segura.
Aunque en la actualidad los fabricantes de coches se definen por la Open Automotive Alliance y Car Play de Apple, en el futuro es probable que el usuario tenga la opción de elegir entre las dos.
Se espera que los primeros coches con Android Auto lleguen en diciembre a los concesionarios.
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