La tecnología nos estresa: ¿por qué?

Además es el tema clave en el que se centra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud este año. El alto desarrollo del sector servicios (76,2% de ocupación) frente al resto de sectores, impulsa una forma de trabajo cada vez más caracterizada por el empleo de nuevas tecnologías, comunicaciones instantáneas y altos niveles de competitividad global. Todo ello contribuye a crear lugares de trabajo cada vez más estresantes. Un dato que corrobora esta situación, es el hecho de que el 99,2% de las empresas españolas dispongan de un PC en su organización en 2015, llegando al 100% en empresas con más de 10 empleados.

Además el tiempo que dedicamos de media los españoles cada día a Internet es cada vez más alto, un total 3h y 47 minutos por el ordenador o la Tablet de media en 2015, según WEARESOCIAL. Como dato comparativo, para ponerlo en contexto, la media de visualización de la televisión es de 2 horas y 25 minutos. Entre los usos más comunes, se dedica 1 hora y 36 minutos a las redes sociales, dato que desciende respecto al año pasado. Entre las herramientas sociales destaca Twitter, donde España destaca en el TOP5 de países generadores de tendencias. Según este informe, su uso es puntero los miércoles (69,63%) y la cifra más reducida se da los viernes. Las horas más comunes en las que se usa la red del pajarito son entre las diez y once de la mañana, mientras que en la sobremesa, entre las dos y las tres, se cuelgan y ven menos tweets. Un dato curioso que subyace a este estudio es que durante el horario laboral el promedio de tendencias es mayor (64,13%) que en el tiempo libre.

En relación a este problema, los trastornos más comunes se producen en el área psíquica. Entre ellos destacan: el aumento de angustia e irritabilidad, la imposibilidad de relajarse o concentrarse ni de pensar con lógica y tomar decisiones, entre otras. Todo ella provoca distintos trastornos como cardiopatías, hipertensión arterial, trastornos digestivos, cefaleas y otras enfermedades en las que el estrés es un factor destacable. La revolución digital lleva consigo una transformación digital que transforma radicalmente la idea de trabajo. Han surgido por tanto diferentes tecnopatías, como la Apnea del Whatsapp, el Síndrome de la llamada imaginaria o el Síndrome de Google, un trastorno que hace que el cerebro no logre recordar un dato como consecuencia de la posibilidad de acceder fácilmente y en cualquier momento a él.