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martes 28 de noviembre de 2017, 19:13h

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Las asociaciones de taxi que representan a conjuntos de más de 70.000 vehículos han unido fuerzas para realizar un nuevo parón de 24 horas en la capital.

El cuento de nunca acabar también habría sido un titular adecuado para este contenido. Y es que, tras el dictamen del Tribunal Supremo que concedía 80 autorizaciones de arrendamiento de vehículos con conductor (VTC), el gremio del taxi considera que se pone en riesgo la estabilidad de su servicio.

Ante el miedo de que las nuevas alternativas “inunden el mercado”, las asociaciones han decidido paralizar su actividad durante al menos 24 horas el día de mañana

Por esta razón y ante el miedo de que las nuevas alternativas “inunden el mercado”, las asociaciones han decidido paralizar su actividad durante al menos 24 horas el día de mañana, sin descartar la opción de alargar este parón de “forma indefinida”, tal y como nos han confirmado algunos conductores.

Por otra parte, desde el lado contrario del cuadrilátero, plataformas como Uber y Cabify se remiten a su trabajo. Y verdaderamente lo único de lo que pueden ser acusadas es de comerse dos rebanadas de pan más rápido. Y no solo eso, sino con un corte más limpio y adaptándose a las necesidades actuales.

De pequeños, los padres enseñan que gritando más no se tiene la razón. Por tanto, a veces resulta ciertamente hipócrita y, dicho de paso, poco beneficioso para un gremio tan tradicional y profesional como el del taxi, inmovilizar a toda una ciudad tras haber golpeado con piedras y globos de pintura la flota de la competencia.

Progreso. Esa es la palabra idónea. El cliente conoce a la perfección sus alternativas y, por regla general, opta por el que lucha por el “escójame a mí” y no por el “no escojan al otro”.

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