El nuevo canon digital de Sánchez gravará a todos los dispositivos que sean capaces de realizar copias de archivos protegidos por derechos de autor, es decir, smartphones, tabletas, tarjetas de memoria, CDs, DVDs, todos los sistemas de almacenamiento y reproducción tributarán una cuantía concreta en función del dispositivo que se aplicará al precio final del aparato.
Los peor parados son los discos duros, que se encarecen 6,45 euros y los disco integrados que suben su precio 5,45 euros. Por su parte, las tabletas y otros dispositivos de pantalla táctil tributarán 3,15 euros, mientras que los teléfonos móviles 1,10 euros cada uno. También afecta a las impresoras, que incrementan su precio con hasta 5,25 euros.
La recaudación es para compensar a las entidades de gestión
La recaudación de la tasa estará destinada a compensar a las entidades de gestión por la copia privada o la piratería para que estas procedan a un reparto fijado por decreto. De este modo, en música un 40% de esta tasa corresponde al autor, un 30% a los intérpretes y un 30% al productor; en los libros, el 55% será para el autor y el 45% para los editores; y en la creación audiovisual, un tercio para cada uno. También las revistas digitales cobrarán de esta recaudación.
El canon digital, un invento lanzado por el gobierno socialista del 2007 estuvo en vigor hasta 2011, cuando fue retirado. Sin embargo, en junio de 2017 el gobierno de Mariano Rajoy lo recuperó, aunque no se había publicado en el BOE hasta el 11 de diciembre de 2018.
De la tasa quedan exentas las copias realizadas por administraciones públicas para uso profesional o las realizadas por quienes justifiquen el uso profesional de sus productos y cuenten con autorización para ello.
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