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Vodafone, Telefónica y Huawei: el día del espectador

Vodafone, Telefónica y Huawei: el día del espectador

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
sábado 30 de noviembre de 2019, 15:30h

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Sentada en la peluquería ojeando sin gafas una revista del corazón a la espera de la gran noche de la celebración de los 25 años de la Fundación Vodafone, en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, pensaba en cómo nació esa institución que tanto ha dado a la sociedad, al sector e incluso a los periodistas. Recordaba que el insigne instituto nació como Fundación Airtel y que es incluso anterior al lanzamiento de la propia compañía, pues formaba parte del compromiso adquirido en el concurso para ganar la licencia en el proceso de liberalización de las telecomunicaciones. Corría el año 94.

Recordaba, también, sentada frente al espejo, la nunca suficientemente bien ponderada labor de José Luís Ripoll al frente de la misma cuya estela siguieron con señorío y dedicación Santiago Moreno, Francisco Román (ex presidente y CEO de Vodafone) y que desde marzo de 2019 ha asumido la directora de Recursos Humanos de la Compañía, Remedios Orrantia. Ripoll marcó pautas, trazó planes, creó programas y demostró que una multinacional, una teleco, no sólo se debía a sus accionistas, sino que tenía una obligación social que desempeñar la cual, a fin de cuentas, le genera distinción, despierta simpatías y convierte esos sentimientos en fidelización.

En esa Fundación que lideraba José Luis Ripoll nació la iniciativa de Estalmat, cuyo fin era la detección de talento matemático (mucho antes de que todo el mundo incluyera el anglicismo STEM en su vocabulario)

En esa Fundación que lideraba José Luis Ripoll nació la iniciativa de Estalmat, cuyo fin era la detección de talento matemático (mucho antes de que todo el mundo incluyera el anglicismo STEM en su vocabulario), o la de Mobile for Good, con tanto éxito que el grupo británico al completo la hizo suya. El apoyo a la Cruz Roja, el empuje al SAMUR, la preocupación por los mayores -cuando no era moda ni había tanta necesidad- y, sobre todo la labor con los discapacitados, sin olvidar investigar, innovar e implementar para ellos. Para eso es una tecnológica.

Ahí estaba en el día a día, responsabilizándose de esa labor, Mari Satur Torres, admirada y querida dentro y fuera de la compañía, ingeniera de la Politécnica de Madrid, responsable de Innovación dentro de la Fundación y hoy no sólo jefa de un gran equipo, sino directora general de la misma. A su lado, peleando tanto en la era Ripoll, como en la de Moreno y la de Román para que los medios nos mantuviéramos atentos y le diéramos la relevancia debida a la institución, la ‘amiga de todos’, la hoy directora de la agencia EMERRE, Mamen Rodrigo cuya labor continuó con entrega Diego Donoso.

Revolución en Telefónica

Sumida en mis pensamientos, recordando una historia inolvidable y mecida por el secador, me vibró el móvil: Telefónica había tenido Consejo, se habían tomado decisiones importantes y nos convocaban a rueda de prensa. ¿Contraprogramación de última hora? No podía ser. El tema parecía serio. Y lo era.

A José María Alvarez Pallete, fiel seguidor del lema renovarse o morir, no le duele en prenda realizar los movimientos que considere necesarios para defender una compañía que sufre de pequeñas hemorragias, las cuales, tarde o temprano, había que cortarlas y así lo ha hecho. El presidente de Telfónica asegura que, con esta operación, prepara la compañía “para los próximos 100 años”.

A José María Alvarez Pallete, fiel seguidor del lema renovarse o morir, no le duele en prenda realizar los movimientos que considere necesarios para defender una compañía que sufre de pequeñas hemorragias

Básicamente, lo que ha hecho es poner un cinturón gástrico en Latinoamérica, porque la situación en la región es muy vulnerable e impacta en las cuentas, de forma que ha creado Telefónica HispAM (que no Latam porque Brasil se mantiene en el eje del grupo junto a España, Reino Unido y Alemania). Ha tratado con Ibuprofeno el fenómeno Chema Alonso (ahora responsable de Cliente Digital) a quien no resta equipo ni responsabilidades -se puede interpretar incluso lo contrario-, pero disminuye la relevancia del personaje y lo envía a rendir cuentas a un pragmático Angel Vilá (Consejero Delegado) a quien los resultados lo estimulan más que las historias de Big Bang Theory (por exitosa que fuera la serie) y que suponemos revisará el siempre inacabado proyecto de Aura; que perdió su ventana de oportunidad y ha supuesto una inversión en recursos humanos y partida presupuestaria casi injustificables. Así mismo, aplica un baipás a Lucca (Big Data) para que maximice sus rendimientos y lo suma a la nueva Telefónica Tech, que llevará el peso del llamado negocio empresarial o B2B con José Cerdán a la cabeza (ciberseguridad, cloud, IoT y BigData). Así mismo, realiza cirugía de precisión a las infraestructuras creando un nuevo órgano al que denomina Telefónica Infra, liderado por Guillermo Ansaldo y de que se asegura que va a ser la mayor empresa de infraestructuras del mundo. Para que las tres ‘spin-off’ cobren vida (Infra, Tech y HispAM), no descarta Pallete la posibilidad de transfundirlas con sangre de nuevos inversores.

Pallete mantiene en el equipo médico su cuadro de especialistas y respeta nombres profundamente ligados a la compañía y a él mismo como Laura Abasolo (Finanzas y control), Enrique Blanco (CTIO), María García Legaz (Oficina del presidente) o Eduardo Navarro (comunicación, marca, asuntos corporativos y sostenibilidad), entre otros.

Huawei y la crisis de Defensa

No me quedaba mucho tiempo de puesta a punto frente al espejo y opté por poner al equipo en marcha para cubrir todas las novedades que nos anunciaba la multinacional española por antonomasia, mientras yo cumplía con la cita comprometida con la histórica Fundación Vodafone; no sin antes echarme el móvil al bolso para no perder detalle.

Pero si creía que todo estaba organizado e iba sobre ruedas, mientras escuchaba los discursos de Remedios Orrantia, de Antonio Coimbra, del Alcalde de Madrid (recordando su apoyo a la mujer por si alguien tenía dudas) y de la Ministra Celaá (que no se abstuvo de referirse a la campaña), el móvil volvió a vibrar con insistencia: aquella mañana, un artículo en algunos diarios digitales aseguraban que Defensa había prohibido a su personal conectarse con teléfonos Huawei a la infraestructura informática del Ministerio. Concretamente, El Español afirmaba que “el mensaje que el Ministerio ha distribuido a todos los órganos de Jefatura, y difundido a todas las Unidades Subordinadas, ordena a todos los empleados la "desconexión inmediata" de su red interna si usan dispositivos Huawei, como móviles o tablets”.

Tras varias horas de pesquisas, la multinacional china - de paciencia y constancia reseñables negaba la mayor y recordaba su compromiso con España

Tras varias horas de pesquisas, la multinacional china -de paciencia y constancia reseñables- negaba la mayor y recordaba su compromiso con España, mientras los portavoces de Defensa optaban por el no sabe no contesta o, más concretamente, por el no tenemos constancia.

Entre los tacones y el exceso de información, decidí retirarme del acabado el acto y volver a sentarme frente al ordenador con las zapatillas en los pies y el recién peinado pelo en modo coleta, para supervisar el trabajo realizado en Zonamovilidad, agradecer al equipo el esfuerzo y repasar las noticias de un día que podría pasar a la historia del sector por las nuevas apuestas de futuro, los protagonismos, los inexplicables silencios y silenciados y, como no, si lo fue, por una nueva ‘fake’ sobre la que la mayoría de los medios, adscritos a la causa, pasaron de puntillas.

Sea como fuere, hay que dar la enhorabuena a Vodafone por la labor realizada en los últimos 25 años; animar a Telefónica a afrontar con optimismo la nueva etapa no sin antes recordarles que su salud es un poco la salud de todos y, por último, hay que exigir a Defensa que explique qué hay de cierto en las informaciones aparecidas y, si son mentira, que lo grite a los cuatro vientos. La falta de énfasis en el desmentido de Huawei y un triste “no hay veto alguno a la compañía” resultan claramente insuficientes. Máxime, si como dicen fuentes conocedoras del tema, fue una maniobra más de la Administración Trump contra una compañía, que tiene especial interés en hundir sin explicar, realmente, por qué.

Nadie se puede imaginar con qué gusto me metí en la cama una noche de un miércoles en el que entendí por qué es ‘el día del espectador’.

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