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jueves 28 de mayo de 2020, 09:00h

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La transformación digital de las empresas y el empleo ya es una realidad. En las fábricas inteligentes, la información se convierte en un factor de producción. Al aplicar el IoT al entorno de la fabricación se habla del internet industrial de las cosas (Industrial Internet of Things). Veamos también la digitalización de las empresas españolas y qué empleos y habilidades serán las más demandadas.

Las fábricas inteligentes donde la información se convierte en un factor producción

Las fábricas industriales se digitalizan y se automatizan, convirtiendo la información en un factor de producción esencial. Dispositivos, máquinas y procesos interconectados en entornos ciberfísicos cada vez más independientes de la acción humana.

La industria 4.0, una etiqueta detrás de la que se esconde el maridaje de las técnicas de fabricación más avanzadas y del IoT, para construir procesos de producción interconectados que comunican y analizan la información para devolver al mundo físico acciones basadas en la inteligencia.

La información se convierte en un elemento clave de este nuevo modelo y la digitalización alcanza a la cadena de suministro, a la cadena de fabricación, al producto, y hasta a las relaciones entre los empleados entre sí y con los procesos de la compañía. Todos los elementos de la cadena de valor se ven transformados por la ola digital.

La denominada «fábrica inteligente» no es otra cosa que una determinada instalación productiva altamente conectada y digitalizada, cuyo combustible principal es la información en grandes cantidades procedente de los objetos conectados a las redes. Dicha información se almacena y se analiza en tiempo real para poder optimizar los procesos, mejorando los tiempos y minimizando los costes de producción.

La automatización extrema de este tipo de plantas hace que consigan funcionar con la menor presencia de trabajadores humanos posible, puesto que se acaban convirtiendo en organismos autónomos que pueden aprender del entorno y adaptarse a los cambios en tiempo real.

Destaca el IoT como eje vertebrador del intercambio de información.

En este nuevo entorno el producto adopta inteligencia, se convierte en un producto inteligente o smart product, un factor que puede tener importantes consecuencias en la forma de consumirlo, especialmente porque se produce una transición hacia el producto concebido como servicio. Se empieza a hablar, entonces, de una «industria de soluciones» más que de objetos concretos.

La fábrica inteligente se apoya sobre tres capas diferenciadas —aunque interrelacionadas— de tecnología. Una primera capa es la relativa a las comunicaciones del IoT y al envío de información desde los diferentes elementos físicos. La segunda corresponde a las plataformas y a los habilitadores de estas. Se reciben los datos y se proporciona valor de negocio apoyado en habilitadores como el edge computing o el blockchain. La última capa está centrada en la analítica avanzada sobre los datos (big data e Inteligencia Artificial). Finalmente, la ciberseguridad es un elemento imprescindible, transversal a todas ellas.

Entre toda la tecnología de estos entornos productivos, destaca el IoT como eje vertebrador del intercambio de información entre los sensores, las máquinas y los sistemas que intervienen en los procesos. Pero, junto al IoT, se hacen visibles otras ramas tecnológicas, como el big data, cuya función es recolectar y analizar toda la información que generan los objetos interconectados para poder identificar patrones en el funcionamiento.

El internet industrial de las cosas (IIOT) y los smart products

El internet de las cosas es la espina dorsal de la fábrica digital, al garantizar el intercambio de información entre objetos. Al aplicar esta tecnología al entorno de la fabricación se habla del internet industrial de las cosas (Industrial Internet of Things). Aparentemente, el IoT no se distingue del IoT convencional más que en su ámbito de actuación, pero sí que existen ciertas diferencias.

El IoT industrial va más allá del internet de las cosas general porque consigue aproximar las tecnologías de la información y las tecnologías operacionales. Mientras que las primeras están orientadas al almacenamiento, la recuperación, la transmisión, la manipulación y la protección de los datos, las segundas se dedican al control de procesos tecnológicos o al cambio de estos mediante la monitorización y el control de dispositivos y procesos productivos.

El IoT es la espina dorsal de la fábrica digital.

La convergencia entre ambas favorece la integración de sistemas en las fábricas, tanto en términos de automatización y optimización de procesos como desde la perspectiva de la mejora de la visibilidad de la cadena de suministro y la logística de la empresa. El control y la monitorización de infraestructuras físicas en operaciones industriales se facilita al usar sensores inteligentes y herramientas de control remoto.

Un concepto asociado a la industria 4.0 es el de smart product o «producto inteligente». Se trata de una idea íntimamente ligada a la conectividad y al IoT. Nos referimos a aquellos productos diseñados con componentes que pueden relacionar, recopilar y comunicar datos durante su fabricación y/o a lo largo de las distintas fases de uso o vida útil.

En concreto, los productos inteligentes son los que llevan incorporadas tecnologías de la información —como sensores, microchips o software— que les permiten recoger, procesar y enviar dicha información a plataformas IoT. El objetivo es que puedan adaptarse a situaciones del entorno, a los usuarios o a otros productos.

En el ámbito del consumo, entre los productos inteligentes más populares destacan los smartphones, las consolas de videojuegos, los televisores inteligentes, los rastreadores de salud portátiles, los termostatos, algunos juguetes que incorporan conectividad y el automóvil conectado. En general, son dispositivos capaces de recopilar y analizar datos de sus usuarios, y de transmitirlos a otros dispositivos conectados en una red.

En el ámbito de la empresa o de los fabricantes de bienes de equipo, a través de los productos inteligentes se consiguen importantes beneficios en la mejora del servicio posventa.

La digitalización de la industria española

Si atendemos a los datos que proporciona ONTSI, en 2018 el 92% de las pymes y grandes empresas contaban con acceso a internet de banda ancha, aunque la cifra baja al 84% en el caso de las microempresas, que suponen el 95% del tejido empresarial de España.

En un plazo de cuatro o cinco años las empresas industriales españolas esperan aumentar sus ingresos en torno al 11%.

Una visión parecida es la que ofrece el estudio de PwC, Industry 4.0: Global Digital Operations Study 2018, que establece que dos de cada tres empresas españolas se están quedando atrás en el proceso de digitalización, y que solamente el 20% de sus ingresos procede de productos y servicios digitales. Otro dato que incluye este trabajo es que tan solo contamos con un 5% de empresas digitalmente punteras, en comparación con el 10 % de media mundial.

Mirando hacia el futuro, en un plazo de cuatro o cinco años las empresas industriales españolas esperan que, fruto de la digitalización, aumenten sus ingresos en torno al 11% y se reduzcan los costes casi en una quinta parte.

Por otra parte, ACTIVA industria 4.0 es un programa de asesoramiento especializado y personalizado, realizado por consultoras acreditadas y con experiencia en implantación de proyectos de industria 4.0, que permite a las empresas disponer de un diagnóstico de situación y de un plan de transformación que identifique los habilitadores digitales necesarios en ese proceso de transformación y establezca la hoja de ruta para su implantación.

Además, el Ministerio cuenta con una línea de financiación para el apoyo a proyectos que promuevan la transformación digital de las empresas industriales, complementando de esta forma los esfuerzos empresariales destinados a conseguir su evolución a la economía digital.

Desde el sector privado, destaca el laboratorio abierto de Telefónica bautizado como The Thinx, un espacio donde las empresas puedan simular el funcionamiento en condiciones reales de cualquier proyecto de IoT antes de su implementación masiva.

El largo recorrido de la transformación de la empresa y el empleo

A pesar de la complejidad que supone la evaluación del avance de la transformación digital, existen ya diversos indicadores que nos permiten describir su evolución. Por ejemplo, la Comisión Europea puso en marcha el Digital Transformation Monitor, orientado a analizar la evolución de la transformación digital en los Estados miembros de la UE. Dentro de este proyecto se ha definido el Digital Transformation Scoreboard, que cuenta con dos indicadores: el Digital Technology Integration Index (DTII) y el Digital Transformation Enablers’ Index (DTEI). Mientras que el primero hace referencia al grado de integración de tecnologías digitales en los diversos procesos productivos, el segundo se centra en el desarrollo de los habilitadores que posibilitan la transformación digital.

La media de los 28 países de la UE del DTII era de 37,3 puntos sobre 100, mientras que el DTEI alcanzó una puntuación de 49,2 sobre 100. Ambos indicadores estaban liderados por los países nórdicos junto a Países Bajos e Irlanda. España superaba en ambos casos la media europea (41,7 puntos en el DTII y 56,4 en el DTEI), aunque bastante lejos de los países líderes en transformación digital en Europa.

El Digital Transformation Scoreboard identificó nueve tecnologías clave para la transformación digital empresarial: impresión 3D; big data y analítica de datos; servicios móviles; ciberseguridad; cloud computing; medios sociales; internet de las cosas; robótica y automatización y, por último, inteligencia artificial.

Digitalización y trabajo, nuevas oportunidades laborales

En estos últimos años han aparecido diversas profesiones ligadas al proceso de transformación digital de las empresas, especialmente en ámbitos relacionados con el marketing y la comunicación empresarial. Si nos remontamos diez años atrás, los siguientes empleos aún no existían: especialista en marketing digital, vlogger, gestor de medios sociales, Chief Listening Officer, analista SEO, científico de datos y diseñador UX.

Sin embargo, esta digitalización está ya alcanzando a todos los procesos de negocio, por lo que la aparición de nuevas profesiones digitales se produce en todos ellos. La automatización de actividades empresariales es, sin lugar a dudas, uno de los principales motores del cambio en el tipo de trabajo que van a desempeñar los profesionales en el futuro.

La incorporación de las tecnologías digitales en los procesos productivos va a modificar sustancialmente el entorno laboral. Estas modificaciones variarán de unos sectores productivos a otros. Así, sectores como la automoción, la industria aeroespacial, el transporte y la cadena de suministro, el consumo o el gas y el petróleo consideran que las tecnologías digitales tendrán un impacto relevante, alterando incluso la cadena de valor, con la consiguiente modificación de los trabajos. En cambio, otros como la aviación y el turismo o la minería creen que no modificará sustancialmente la cadena de valor.

La incorporación de las tecnologías digitales en los procesos productivos va a modificar sustancialmente el entorno laboral.

De igual modo, la reducción o el incremento de la fuerza de trabajo debido a la automatización varía de forma significativa en función del sector. Mientras que en sectores con una elevada carga de actividades físicas y manuales, como la minería, el 72 % de las empresas considera que la reducción de la fuerza de trabajo será muy significativa, en otros sectores más ligados a la experiencia humana, como los servicios profesionales, las empresas que consideran que se producirá una reducción de la fuerza de trabajo por la automatización de las actividades son minoritarias (37 %).

Las habilidades del futuro, cercano

Diversos estudios e informes en los últimos años han puesto en el punto de mira el impacto que la digitalización va a tener en el entorno laboral. Tanto es así, que el 37% de los trabajadores teme que la automatización ponga en riesgo sus puestos de trabajo.

Las habilidades esenciales para un puesto híbrido incluyen, en primer lugar, las digitales, seguidas por la visión analítica y el manejo de datos, las habilidades de gestión y la visión de negocio, y la creatividad. Por ello, los conjuntos de habilidades que nos conducirán a un mundo híbrido son: big data y analytics; intersección de diseño y desarrollo, ventas y servicio al cliente; tecnologías digitales emergentes; y por último, compliance y regulación.

Sin embargo, el futuro no es tan lejano. De acuerdo con el LinkedIn 2019 Workplace Learning Report, las habilidades más demandadas en 2019 han sido las siguientes:

  • Soft skills: creatividad, persuasión, razonamiento lógico/analítico, colaboración y flexibilidad.
  • Hard skills: cloud computing, IA, gestión de personas, diseño UX, aplicaciones móviles, producción de vídeo, dirección comercial, traducción, producción de audio y procesamiento de lenguaje natural.

Los procesos de aprendizaje deben, por tanto, transformarse consecuentemente y formar personas en habilidades digitales, independientemente de su formación y bagaje previo, y desarrollar habilidades como el pensamiento crítico, la colaboración, la comunicación y la creatividad.

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