www.zonamovilidad.es
El Apolo 11, a la Luna con un software menor que el de un smartphone

El Apolo 11, a la Luna con un software menor que el de un smartphone

miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

Escucha la noticia

Es cierto, el hombre llegó a la Luna hace 15 años (20 de julio de 1969) mucho antes de que existieran iPads, dispositivos smartphone, u ordenadores capaces de almacenar cientos de gigabytes. Pero el hombre llegó a la Luna, y sus aparatos, aunque arcaicos, tuvieron la capacidad de ‘dar un gran paso’ en la historia de la humanidad.

El Apollo Guiding Computer (AGC) era considerado el primer sistema embebido, y fue el encargado de las misiones del Apolo. Fue diseñado por el MIT Instrumentation Laboratory y fabricado por Raytheon, con 2048 palabras, sí, palabras, de memoria RAM, y 36.864 de memoria ROM, mientras que la longitud de las palabras era de 16 bits. Algo bastante irrisorio si lo comparamos con nuestros sistemas de hoy en día. Todos tenemos al alcance hoy en día mayor capacidad en cualquier aparato, más que la máxima de ese momento, solo disponible para unos pocos hombres.

El sistema operativo de aquel entonces podía ejecutar hasta ocho tareas al mismo tiempo, aunque no funcionaba igual que hoy en día. Luminary, nombre del software, hacía que varios subprogramas funcionasen según la importancia que tuviese cada uno, moviendo datos al área de memoria de 2k, y retirándolos luego para dar cabida a más, pues se podían borrar. Cuantos más programas hubiese en uso, más tardaría en trabajar el ordenador, o podría lanzar una alarma por su incapacidad de llevar a cabo tal número de operaciones al mismo tiempo, hasta comenzar a trabajar en algo nuevo.

Entre sus errores, el aterrizaje en la Luna, nada menos, contó con un código de error 1201, y otro 1202, lo que significaba que el ordenador estaba sobrecargado de tareas, pero el famoso astronauta Neil Armstrong recibió la orden de ignorarlos, pues en ese momento no traerían ningún problema a la misión. Además, el primer hombre en pisar la Luna supo desviar la nave manualmente para no caer sobre un cráter lleno de rocas.

Sin duda, algo muy, muy distinto a la tecnología de la que disponemos hoy en día aunque, muy admirable, debido a lo mucho que consiguieron con tan poco. Ahora, solo nos queda esperar ver a dónde nos podrán llevar los actuales avances. Esto fue historia del pasado y, ahora, debemos esperar a que la historia que se escriba en el futuro sea aún más sorprendente.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios