La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP) se enteró de la violación de imágenes el 31 de mayo y dijo que “ninguno de los datos de las imágenes habían sido identificados en la Dark Web o en Internet”.
Por su parte, el CBP indicó que “menos de 100.000 personas se vieron afectadas”. Las fotografías fueron tomadas de personas en vehículos que entraban y salían de Estados Unidos durante un mes y medio a través de un solo puerto de entrada fronterizo terrestre, que el CBP no nombró ni tampoco al subcontratista.
No obstante, los funcionarios explicaron que la información robada no incluía otros datos de identificación, y que no se había comprometido ninguna foto de pasaporte u otro documento de viaje del usuario.
El CBP indicó que “menos de 100.000 personas se vieron afectadas”.
En cuanto al senador Ron Wyden declaró a The Post que “si el gobierno recopila información delicada sobre los estadounidenses, es responsable de protegerla, y eso es igual de cierto si contrata a una empresa privada”. Así continuó con que “cualquier persona cuya información haya sido comprometida debe ser notificada en la Aduana, y el gobierno debe explicar exactamente cómo pretende evitar que este tipo de violación ocurra en el futuro”.
La CBP emplea cámaras y grabaciones de vídeo en los aeropuertos y los cruces fronterizos terrestres, donde captura imágenes de las matrículas de los vehículos. Estas se utilizan en un programa de reconocimiento facial diseñado para rastrear la identidad de las personas que entran y salen de Estados Unidos.
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