En esta ocasión, los tres operadores ofrecen en total 16.500 millones de reales brasileños (unos 2.706 millones de euros al cambio), añadiendo además la opción de firmar contratos a largo plazo para el uso de la infraestructura del Grupo Oi.
Esta segunda oferta llega después de que Highline do Brasil mejorase la primera oferta del trío de operadores, lo que llevó a Oi a imponer un acuerdo de exclusividad, que sigue vigente, y que permite a este operador mejorar su oferta hasta igualar la nueva de Telefónica, TIM y Claro.
Esta nueva oferta está sujeta a ciertas condiciones, especialmente en relación con su selección como stalking horse (primer licitador), lo cual permitirá garantizar le derecho de realizar una oferta más amplia que la mejor oferta entre las presentadas durante el proceso de venta. Este papel se iba a dar a Highline, pero veremos en qué queda la cosa finalmente.
Asimismo, los tres operadores se basan en su amplia experiencia del sector y del conocimiento del mercado brasileño, así como en “el interés en contribuir al continuo desarrollo de la telefonía móvil en el país”.
En esta línea, Telefónica Brasil confía en que esta oferta, siempre que resulte ganadora, reportará beneficios a sus accionistas, acelerando el crecimiento y generando eficiencias, así como a sus clientes al mejor la experiencia de uso y calidad del servicio, y al sector en su conjunto a través del fortalecimiento de su capacidad de inversión, innovación tecnológica y competitividad.
También defiende la filial del operador español que esta oferta aborda “las necesidades financieras del Grupo Oi para que pueda implementar su plan estratégico y atender a sus acreedores en el marco del Plan de Recuperación Judicial”.
Con estas nuevas cartas sobre la mesa, Telefónica, TIM y Claro vuelven a situarse en la batalla por el negocio móvil del Grupo Oi con una oferta más amplia y renovada.
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