Harbisson, de madre catalana y padre irlandés, nació con acromatopsia, enfermedad que lo condiciona a ver en escala de grises, para solucionar este problema, Harbisson desarrolló el eyeborg, un sensor conectado a una antena que lleva instalada en su cabeza y que convierte las frecuencias de luz en frecuencias audibles. “Cada color se corresponde con una nota musical. Puedo escuchar hasta 360 notas diferentes que se corresponden con otros tantos colores o tonalidades. Al principio me producía grandes dolores de cabeza, pero al cabo de unas semanas, desaparecieron”, explicaba en perfecto español Neil.
Durante la sesión, plagada de humor, Harbisson desveló en directo los sonidos que le transmiten los colores del logo de Yoigo y explicó a los asistentes como ha ido amoldándose a esta nueva condición. “Mi idea era convertirme en tecnología. Que la tecnología fuera una parte más de mi cuerpo. Al principio quise implantarme un tercer ojo, pero luego pensé que sería más cómodo llevar una antena”, afirmaba el peculiar invitado.
Lo que parece una excentricidad es una solución al problema de salud que ha arrastrado desde pequeño, esta actividad forma parte de la campaña de imagen y posicionamiento “¡Viva la diferencia!” que Yoigo lleva desarrollando desde el pasado mes de diciembre, según Sonia Rico, directora de marketing de Yoigo “el perfil de nuestros clientes tiene que ver más con su actitud que con un perfil demográfico. En Yoigo creemos en la diferencia y apoyamos a la gente diferente que, como Neil, piensa que las cosas se pueden hacer de una manera original y creativa”.