El acuerdo ha sido firmado bajo la IWF (Internet Watch Foundation), una ONG británica que recopila imágenes sexuales de menores para identificarlos. Gracias a esta información, las compañías tecnológicas podrían bloquear el material e incluso rastrear de donde proviene, gracias a algoritmos. Además, pueden etiquetar la imagen y ver quién la comparte.
Esta medida es de una gran ayuda para acabar con la viralización de este contenido que vulnera la libertad de los menores, aparte de vejarlos.