Uno de sus objetivos principales es garantizar la transparencia y el alineamiento de intereses con sus clientes, además de convertirse en la principal alternativa a las instituciones financieras tradicionales. En ese sentido, ha desarrollado una plataforma tecnológica que permitirá al cliente de empezar sin mínimos, retirar y disponer del dinero en cualquier momento y sin ningún gasto adicional, de forma totalmente online, sin papeleos ni comisiones ocultas. Utilizando solo productos de las entidades gestoras internacionales más prestigiosas.
La intención de Finizens es ofrecer al pequeño y mediano ahorrador una solución sencilla y efectiva para rentabilizar sus ahorros sin complicaciones
En la mayoría de los hogares de todo el mundo, los ahorros se quedan estancados en una cuenta corriente o invertidos en productos ineficientes y costosos, en ambos casos desaprovechando la posibilidad de poder obtener ganancias adicionales. La falta de conocimiento financiero, el miedo a equivocarse a la hora de invertir y la escasez de alternativas que satisfagan nuestras necesidades de forma sencilla y efectiva, representan algunos de los principales impedimentos que contribuyen a alejarnos del mundo de inversión. Estos motivos, junto a la necesidad de cubrir una demanda cada vez más creciente en la sociedad, impulsó a Finizens a crear un proyecto en el que eliminar las barreras, poniendo finalmente al alcance del pequeño y mediano ahorrador las ventajas de una inversión más efectiva, sin permanencia, automatizada y sin esfuerzos, independientemente de sus conocimientos financieros o patrimonio.
En definitiva, con Finizens, cualquier ahorrador no necesitará convertirse en experto en inversiones o tener un patrimonio elevado para disfrutar de un servicio de gestión de inversiones de alta calidad, poniendo a trabajar sus ahorros de manera más efectiva y sin esfuerzo.
Finizens, que se ayuda de los avances tecnológicos de la revolución Fintech (finanzas y tecnología), aplica un conjunto de reglas de inversión específicas elaboradas a través de algoritmos matemáticos, en lugar de una política de inversión basada en el juicio subjetivo de un gestor humano. En este sentido, datos históricos indican que este sistema suele presentar mejores retornos en el largo plazo, debido a una mayor disciplina en la gestión del riesgo, y al evitar "sesgos emocionales" que puedan inducir a perseguir decisiones de inversión irracionales.