Reportajes

Los teléfonos móviles y la salud.

Miércoles 22 de octubre de 2014

Dado el gran número de usuarios de teléfonos móviles , teniendo en cuenta las dudas que se han suscitado en los últimos años y con el fin de aclarar términos definitivamente, hay que señalar que son varias las consideraciones que deben tenerse en cuenta cuando se realiza la evaluación de posibles efectos en la salud por campos electromagnéticos. Veamos.



Las ondas de radio y las microondas son formas de energía electromagnética que se engloban dentro del término de radiofrecuencia o RF. Las emisiones de RF y los fenómenos asociados pueden ser discutidos en términos de energía, radiación o campos. La radiación es definida como la propagación de energía a través del espacio en forma de ondas o partículas y la radiación electromagnética puede ser descrita como ondas de energía eléctrica y magnética moviéndose conjuntamente (campo electromagnético) a través del espacio. 

Frecuencia de operación. Actualmente los sistemas de telefonía móvil operan en frecuencias comprendidas entre los 800 y 2 000 MHz y es importante no confundir los campos de RF con la radiación ionizante como los rayos X o los rayos gamma, que son capaces de romper moléculas, y si rompen la cadena de ADN puede llegar a producir cáncer. A diferencia de la radiación ionizante, los campos de RF, a las frecuencias de trabajo de los móviles, no pueden producir ionización en el cuerpo y por esta razón, los campos de RF son llamados no ionizantes.

Niveles de exposición Los teléfonos móviles y las estaciones base de radio (BTS) representan situaciones de exposición completamente distintas. La exposición a la RF por parte de un usuario de un teléfono móvil es mucho mayor que la de una persona que vive cerca de una estación base. Sin embargo, el teléfono portátil transmite energía RF únicamente durante el tiempo en el que la llamada está siendo realizada (además de para mantener conexión con estaciones bases cercanas), mientras que las estaciones base transmiten señales permanentemente. Equipo portátil: Los teléfonos móviles son transmisores de RF de baja potencia, emitiendo potencias máximas en el rango de 0,1 a 0,6 W. La intensidad del campo de RF (y por tanto la exposición del usuario) desciende rápidamente con la distancia al equipo. En consecuencia, la exposición a la RF de un usuario cuyo teléfono se ubica a 50 cm de la cabeza (utilizando un equipo manos libres) es más baja que la de un usuario que coloca el teléfono portátil pegado a la cabeza. Estaciones base: Las estaciones base transmiten niveles de potencia desde unos pocos vatios hasta un máximo de 500 W, dependiendo del tamaño del sector o "celda" para el cual están diseñadas. Las antenas de las estaciones base, normalmente se montan en edificios o en torres a una altura sobre el suelo que va desde los 10 m hasta los 50 m. Estas antenas emiten haces de RF que, normalmente, son muy estrechos en la dirección vertical pero relativamente anchos en dirección horizontal, por lo que la intensidad del campo directamente debajo de la antena es muy baja. Efectos en la salud Los campos de RF penetran los tejidos expuestos a profundidades que dependen de la frecuencia, llegando hasta un centímetro en el caso de las utilizadas por los teléfonos móviles. En estos casos, la energía de RF es absorbida en el cuerpo y produce calentamiento, pero el proceso termorregulatorio normal lo disipa. Todos los efectos establecidos debido a la exposición a la RF están relacionados con el calentamiento; mientras la energía de RF puede interactuar con tejidos del cuerpo a niveles muy bajos para producir un calentamiento insignificante, no hay estudios que hayan demostrado efectos adversos en la exposición a niveles que se encuentran por debajo de los límites internacionales. La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha identificado la necesidad de investigaciones que permitan hacer mejores evaluaciones de riesgo en la salud y promueve dichas investigaciones entre las agencias que puedan financiarlas, con los siguientes resultados, aunque hay cierta polémica en torno a ellos: Las evidencias científicas actuales indican que es improbable que la exposición a campos, como los emitidos por los teléfonos móviles y sus estaciones base, induzca o produzca cáncer. Varios estudios en animales expuestos a campos similares a los emitidos por los teléfonos no encuentran evidencia de que causen o estimulen tumores cerebrales. Tampoco, estudios epidemiológicos recientes han encontrado evidencia convincente del incremento de riesgo de cáncer o cualquier otra enfermedad debido al uso de los teléfonos móviles. Sin embargo, algunos científicos han reportado otros efectos que incluyen cambios en la actividad normal del cerebro, en el tiempo de reacción y en los patrones de sueño, pero estos efectos son mínimos y no tienen aparente efecto sobre la salud. Cuando los teléfonos móviles se utilizan cerca de algunos aparatos médicos (incluyendo marcapasos, desfibriladores y algunos audífonos) existe la posibilidad de causar interferencias electromagnéticas. También hay riesgos potenciales de interferencia entre los teléfonos móviles y la electrónica de los aviones. Claramente, las investigaciones han demostrado un incremento en el riesgo de accidentes automovilísticos cuando se utilizan los teléfonos móviles mientras se conduce, pues provocan una distracción del conductor. Por ello, en muchos países está prohibido su uso sin el “manos libres”, o incluso con él. Recomendaciones sobre campos electromagnéticos Por el momento la OMS recomienda la estricta adhesión a los estándares internacionales que han sido desarrollados para proteger a todos: usuarios de telefonía móvil, personas que trabajan cerca o viven alrededor de estaciones bases, y la gente que no hace uso de este tipo de comunicación. Las recomendaciones internacionales desarrollados por la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP) están basadas en un análisis cuidadoso de toda la literatura científica (sobre efectos térmicos y no térmicos) y ofrece protección contra todos los peligros identificados debido a la energía de radiofrecuencia, con amplios márgenes de seguridad. En nuestro país (el RD 1066/2001 de 28 de septiembre de 2001, aprobó el Reglamento que establece las condiciones de protección del dominio público radioeléctrico, restricciones a las emisiones radioeléctricas y medidas de protección sanitaria frente a emisiones radioeléctricas) las mediciones, obligatorias para todos los operadores móviles, muestran que los niveles de las señales de RF provenientes de estaciones bases, en áreas de acceso público, están muy por debajo de los valores establecidos como medida de prevención.


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