A los usuarios poseedores de un teléfono móvil, al desplazarse, la red les tiene localizados dentro de un radio de acción más o menos preciso, y en base a ello se les puede, además de mantener la posibilidad de comunicarse en cualquier momento, ofrecer servicios para utilizar en ese área, que serán diferentes de los que puedan ofrecerse a unos metros de distancia.
La geolocalización y el posicionamiento de usuarios móviles es posible mediante el empleo de diferentes tecnologías, no siendo imprescindible la utilización de un sistema GPS siempre y cuando estén asociados a un determinado número (tarjeta SIM), lo que sucede siempre que haya un contrato por medio o que los usuarios de prepago se encuentren identificados, algo a lo que la normativa vigente en la gran mayoría de países obliga por razones de seguridad. Últimamente, en las ciudades, también se pueden utilizar las redes Wi-Fi públicas existentes para geolocalizar a algunos usuarios.
Conocer la posición de un usuario en un momento determinado tiene innumerables ventajas, tanto para él como para otros, aunque eso sí, debe dar su autorización para ello al objeto de preservar su intimidad y, solamente, en determinados casos como son emergencias o
Conociendo la posición de un usuario se puede acudir en su ayuda, por ejemplo, en el caso de realizar una llamada al número de emergencias 112; se puede verificar la ruta seguida por el mismo para comprobar que se ajusta a lo establecido por su empresa y darle órdenes en caso de que se necesite alterarla; se le puede dar información del lugar en el que se encuentra o anuncios de establecimientos próximos; localizarle por la policía si está en situación de búsqueda, localizar amigos que están en su área para quedar, etc. La precisión obtenida dependerá de varios factores: si el móvil incorpora GPS puede ser de unos pocos metros y si, por el contrario, se basa en la triangulación de las estaciones base en su área de cobertura puede ser de unas centenas de metros en las ciudades o de varios kilómetros en zonas abiertas en dónde la distancia entre antenas es mucho mayor; también, algunos móviles pueden ser localizados por satélite. Si los datos “aproximados” sobre la posición se combinan con un mapa de la zona, entonces tenemos una aplicación similar a la que ofrecen los sistemas de navegación basados en GPS.
La tecnología GSM, y también la UMTS, es una alternativa al sistema de satélites GPS para conocer el punto donde se encuentra una persona, aunque presenta la desventaja de tener bastante menos precisión. Su principal ventaja consiste en que es un sistema más barato porque aprovecha la tecnología mediante la que se comunican los teléfonos móviles para calcular la posición. Además, sirven los mismos terminales que se utilizan hoy en día.
Un sistema de posicionamiento móvil cumple dos funciones: localizar el teléfono y poner los datos acerca de su localización al alcance del usuario y de los proveedores de servicios. Es importante pensar en ellas por separado porque los requisitos de cada uno de estos sistemas difieren bastante entre sí. El sistema de localización tiene que tener el mismo grado de fiabilidad que la red de telecomunicaciones y debe ser compatible con los estándares de telecomunicaciones de todo el mundo (para poder ofrecer itinerancia internacional). Las aplicaciones que utilizan información sobre localización, para el rastreo de los terminales, por otra parte, deben funcionar rápidamente e instalarse independientemente del sistema de posicionamiento empleado.
Desde el punto de vista legal los sistemas de posicionamiento móvil se clasifican como basados en terminales o basados en redes. Los primeros requieren teléfonos equipados con hardware y/o software especial, como por ejemplo, el sistema de posicionamiento mundial por red GPS. Los segundos pueden localizar a los teléfonos móviles sin necesidad de ello, lo que les permite entrar de inmediato en el mercado de nuevos servicios dependientes de la ubicación del usuario.
Como se ha comentado, para que la localización de un usuario se ajuste a la legalidad éste ha de dar su consentimiento y una vez dado el permiso sólo es necesario encender el teléfono para que tenga lugar la localización, sin necesidad de que se tenga que establecer una llamada y, de hecho, las redes de telefonía móvil para su correcto funcionamiento necesitan saber siempre la posición del terminal. Por tanto, ofrecer este servicio ha sido un paso lógico para los operadores.
Los terminales móviles utilizan las ondas de radio para conectarse con las antenas, que inician un proceso en el que la llamada llega al destinatario final, sea éste un teléfono fijo o móvil. Estas antenas transmisoras-receptoras, se denominan BTS y cada una de ellas, que da servicio a una celda, puede tener a su vez varias antenas –direccionales– que apuntan a diferentes direcciones, conformando los sectores. A continuación la señal pasa a los BSC, que son concentradores de BTS y, por último, llega a los MSC, que controlan uno o varios BSC, y encaminan la llamada hacia la red de destino. En el caso de recibir una llamada el proceso sería el inverso.
Este proceso se sigue en todas las llamadas y es el que sirve también para localizar la posición del portador del teléfono. Se utilizan dos tecnologías, la estándar, donde la antena que
La clave está en la celda que sirve a un usuario, porque de allí proviene la información. Para asegurar una buena cobertura, las celdas y antenas son más abundantes en la ciudad que en el campo, por ser mucho mayor la concentración de móviles por kilómetro cuadrado. Esto también aumenta la precisión en la localización. Pero sucede al revés en las zonas rurales, en donde se reduce en gran parte la exactitud de la medición por tener menos antenas y celdas.
Después de situar la antena o celda que da cobertura al teléfono, se calcula la posición de la persona, gracias a la combinación con bases de datos que contienen mapas y planos. El resultado que se ofrece ya sea a través de mensaje corto (SMS), mensaje gráfico o voz es una aproximación al lugar real donde se encuentra. Se tienen las calles cercanas o más importantes y también el código postal y la precisión de la localización varía en función del tamaño de la celda, pues cuanto menor sea, mayor será la exactitud.
Actualmente, la gran mayoría de los operadores móviles ofrece este servicio a sus clientes, y se cobra a la persona que desea localizar a otra por cada mensaje recibido. También existen empresas que intermedian entre las operadoras y los usuarios –principalmente negocios– y ofrecen entre sus ventajas la localización de usuarios de más de una operadora de móviles. En algunos casos, disponiendo de una determinada aplicación en el móvil, el servicio es gratuito.
Algunos servicios
En el ámbito empresarial los sistemas de localización se han convertido en una alternativa más barata, aunque menos precisa al sistema por satélite GPS. En el ámbito personal para localizar a familiares, amigos, etc., son la alternativa más económica y simple de implantar. Sin embargo, son una potencial amenaza para la intimidad de las personas si no se utilizan correctamente.
En la actualidad, siempre que se cumpla el requisito legal de tener el permiso de la persona en cuestión, podemos saber dónde está nuestra pareja, familiares y amigos, con una precisión que tiene un margen de error en un rango de 100 a 500 metros en la ciudad. De igual forma, las empresas pueden conocer el lugar en que se encuentran sus vehículos y empleados, lo que puede ser útil para compañías de transporte, mensajería y distribución.
Los transportistas pueden utilizar los datos de dónde se encuentran sus vehículos para reducir costes planificando mejor las rutas de recogida y entrega, mientras que las organizaciones de servicios pueden aprovechar al máximo sus planificaciones para el personal comercial y de mantenimiento en todo momento, conocer su localización en tiempo real, horarios, paradas, rutas, etc., sólo se necesita que tengan consigo un teléfono móvil. También, los servicios municipales, policía, bomberos, taxis, etc. se pueden beneficiar de este servicio. Hasta no hace mucho este tipo de gestión de recursos sólo estaba al alcance de grandes compañías o instituciones que pudieran invertir y gestionar sus propios sistemas mediante el uso de equipos especializados, pero ahora se encuentra al alcance de cualquiera, de una manera económica y sencilla.
• Marketing en el móvil
Un servicio ya ofrecido desde hace años a los usuarios de teléfonos móviles es situar los establecimientos que se encuentran próximos. Esto es, uno puede enviar un mensaje corto preguntando por una farmacia de guardia o una gasolinera y el sistema le responderá con la dirección de la que le queda más cerca. Para dar este servicio es necesario saber la posición de la persona que llama, pero, la novedad de estos nuevos servicios estriba en que ahora se comercializa la propia localización de la persona que lleva el teléfono, que puede ser consultada por terceras personas y ofrecerles servicios en modo “push”, es decir sin que lo haya solicitado expresamente (pull), lo que se conoce como “marketing en el móvil”: pudiendo alcanzar con publicidad, ofertas y descuentos al público objetivo de campañas de comunicación según su ubicación. No obstante, entran en escena cuestiones como la necesidad de aportar valor añadido para el usuario, evitar el carácter intrusivo de los mensajes y el spam en las comunicaciones, o disponer de la conformidad previa del usuario para recibir publicidad.
• Servicios de seguimiento
La información sobre el emplazamiento del usuario resulta extremadamente útil para los servicios de emergencia (112 en la UE, 911 en EEUU), pues permite responder más rápidamente a las llamadas de emergencia recibidas de los teléfonos móviles, evitando situaciones fraudulentas por falsos comunicados. Además, en algunos países empieza a ser
También, cada vez más, estos sistemas se emplean para localizar a personas con Alzheimer o niños. El sistema facilita a las personas que lo utilizan contar con una protección adicional en todo momento permitiéndoles ser localizados desde un simple ordenador con conexión a Internet.
• Redes sociales
De hecho, los servicios basados en localización (LBS/Location Based Services) y las redes sociales son dos importantes tendencias en el desarrollo de lo que se denomina Mobile 2.0 y, por ejemplo, los servicios ofrecidos por Foursquare y Gowalla, que sirven para realizar un registro de algunos lugares a través del móvil, se están popularizando cada vez más. Estos servicios invitan a la gente a realizar un “check in”, es decir un registro, de determinados lugares con sus teléfonos móviles y permiten que los amigos sepan dónde está cada uno y, por ejemplo, entre otras muchas cosas, participar en juegos basados en la geolocalización.
Existen otras aplicaciones móviles con las que podemos encontrar la ubicación de una persona o distintos lugares dentro de la ciudad, que se integran en Facebook, y con las cuales podemos tener la ubicación que nos interesa dentro de un mapa de la ciudad. Para instalarlas sólo hay que buscar la aplicación, registrarse e invitar a los amigos.