Pruebas

La Instax SQ 20, una cámara híbrida divertida para jóvenes

Javier López Tazón | Miércoles 16 de enero de 2019

Lejos de ser una moda pasajera y anecdótica, las cámaras “de tipo Polaroid” se están convirtiendo en una pata fundamental del negocio de la fotografía. Fujifilm ha identificado el segmento de las cámaras Instax como uno de sus pilares en fotografía a la vez que ha ido migrando hacia otros sectores, como los sistemas ópticos […]



Lejos de ser una moda pasajera y anecdótica, las cámaras “de tipo Polaroid” se están convirtiendo en una pata fundamental del negocio de la fotografía.

Fujifilm ha identificado el segmento de las cámaras Instax como uno de sus pilares en fotografía a la vez que ha ido migrando hacia otros sectores, como los sistemas ópticos de diagnóstico, que supone ya la parte del león en sus cuentas. Pero hoy se trata de hablar de la SQ 20.

Vayamos por partes, la familia Instax de Fujifilm la forman cámaras que imprimen directamente las fotografías, esas que todo el mundo conoce como las cámaras “de tipo Polaroid”. La segunda parte es el SQ del nombre; viene de Square, cuadrado, porque esta gama, que imprime fotografías cuadradas, tiene también forma cuadrada. El 20 del final del nombre es porque ya existía la Instax SQ 10, es decir que es una evolución del modelo anterior.

Cámara digital e impresora en uno

El gran salto de la SQ 10 es que era híbrida; es decir, era una cámara con impresión instantánea, pero se trataba de una cámara digital. No imprime directamente en cuanto disparas, sino que, como en cualquier cámara digital, captura la imagen, la pasa a la memoria y la puedes ver en una pantalla. Seleccionas la toma que quieres y la imprimes. Era una ventaja que te permitía ahorrar en cartuchos (no son baratos, que digamos).

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La innovación fundamental de la SQ 20 es que también graba pequeños clips de 15 segundos. Con la rueda trasera nos movemos por el vídeo, seleccionamos el fotograma que queremos y lo imprimimos. Realmente, quedan fotografías entre curiosas e impactantes, depende de la habilidad del fotógrafo.

Añade vídeo y más filtros

A los filtros habituales, en esta edición se le añaden otras posibilidades. Si la posibilidad de grabar un clip de 15 segundos y elegir un fotograma para imprimir está bien, los collages de secuencia son una muy buena opción. Se trata de configurar una ráfaga con intervalos ajustables entre 0,2 y 2 segundos. Dispara cuatro fotos y las monta en una única imagen dividiéndola en cuatro partes.

Otra posibilidad es imprimir una secuencia. Superpone varios disparos creando una especie de imagen fantasma.

Para mí lo peor de este tipo de cámaras, al margen del precio de los consumibles, es el tamaño. La Instax SQ 20 mide 119 milímetros de ancho, por 127 de alto y 50 de fondo. Y pesa 440 gramos con el cartucho de fotos dentro.

¿Y las redes sociales?

Entiendo que la filosofía de esta cámara es que las fotos se impriman; sin embargo, las redes sociales están tan presentes, sobre todo entre los jóvenes (a los que van especialmente dedicadas las Instax), que considero un punto negativo que no sea una cámara conectada. No se puede conectar directamente a Internet para enviar una fotografía o un fotograma editado, pero tampoco se puede conectar la Instax con un móvil para imprimir en ella una foto que hayamos hecho con el teléfono.

La resolución del sensor de esta cámara es full HD: 1.920 x 1.920 píxeles, lo que le permite realizar cierta ampliación sin perder resolución ya que el tamaño de las imágenes impresas es de 800 por 800 puntos (una densidad de 318 puntos por pulgada).
Las fotografías y los vídeos se pueden almacenar en la memoria interna (da para apenas 50 fotografías o dos vídeos de 15 segundos cada uno) o en tarjetas de memoria microSD (las que utilizan los móviles).

La cámara está disponible en negro o beige a un precio de 199 euros; los carretes de diez fotografías cuestan 11,90. Compensa comprar los paquetes de dos a un precio de 19,90.

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