De la mano de Human Media Lab, laboratorio sobre medios de comunicación multidisciplinares Girouard ha desarrollado un teléfono con una pantalla flexible de 9.5 pulgadas y el grosor de un papel. El modo de funcionamiento de este dispositivo se basa en respuestas específicas para los diferentes tipos de doblez que el usuario realiza; dobleces personalizables a partir de los cuales se puede asociar cada tipo de movimiento con la función que se quiere que el teléfono active. Es decir, el móvil se adapta a la actitud y los modos del usuario.
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Gracias a este tipo de tinta, leer se convierte en una experiencia muy similar a la de sostener un libro en las manos, además de aportar una autonomía casi ilimitada, al no realizar un gran desgaste de batería (no hace falta que la pantalla vaya retroiluminada).
El objetivo de Human Media no es sólo crear un teléfono móvil de papel, sino sustituir los tradicionales folios con los que se trabaja en las oficinas, o incluso los periódicos. Por ejemplo, con tan solo doblar el lateral de la página, el contenido de la pantalla cambia, de la misma forma que ocurre al pasar la página en un libro.
Por el momento, el proyecto se encuentran con dos grandes retos: el primero, acelerar la respuesta del dispositivo a cada tipo de doblez, así como mejorar su precisión; y el segundo, luchar para eliminar las microfracturas que se generan en el dispositivo, debido a que está en continuo movimiento.
Con aplicaciones en muy diversos ámbitos, cabe la posibilidad de que el Paperphone sea incluido también en algunos uniformes militares; como por ejemplo los del ejército canadiense, cuerpo que ya está trabajando en ello.
La salida de este producto al mercado, no será antes de 5 o 10 años.