Apagado podría pasar por un pisapapeles negro, brillante con forma geométrica de romboedro de puntas redondeadas y no más ancho que la mitad de un dedo. En el centro un semicírculo metálico prolongado con un ‘brillante’ y el logotipo de Motorola en la parte superior. Si pasamos el dedo, 22 minipuntos en relieve que luego nos servirán de guía. Pero la gran aportación técnica surge cuando, con un botón deslizante situado en el lateral derecho, encendemos el terminal. Entonces se iluminan seis iconos, una pantalla y el contorno de los dos elementos centrales que antes señalamos como decorativos. En décimas de segundos surge retroiluminado un teclado alfanumérico con un pulsador debajo de cada uno de los 22 minipuntos haciéndonos creer que estamos ante un tablero táctil (una innovación muy de moda pero no del gusto de todo el mundo porque se activan ante cualquier roce); sin embargo, en este caso, nada ocurre cuando pasamos el dedo porque el E8 está equipado con una nueva tecnología que al ‘presionar’ nos ofrece la sensación de que se hunde y roza como una tecla normal, lo cual nos aporta una respuesta a nuestros movimientos y, por tanto, una sensación familiar que facilita el uso del terminal. A esto se une la rueda de desplazamiento rápido el cual nos traslada de un icono a otro de un menú -que se presenta en tres formatos personalizables- con un simple movimiento de roce circular.
Abracadabra
Por lo demás Por lo demás: cámara de 2 Mpx con zoom 8x y menús de pre y post edición, escasos pero suficientes; conectividad reseñable por la calidad de su Bluetooth (estéreo, A2DP), además de cable micro USB (el mismo puerto para el cargador); completa el apartado multimedia la entrada de jacks 3.5 mm, lo cual nos permite elegir los cascos que queramos utilizar y no nos esclaviza a los accesorios de la marca. Para terminar, buena batería y memoria interna de 2 GB, suficiente para portar gran cantidad de temas musicales que podremos escuchar incluso en los aviones (air mode) o sin tarjeta SIM dentro. Pero si ésta nos resulta insuficiente, cabe ampliar mediante tarjeta externa micro SD. En un par de meses veremos lucir este teléfono sobre la mesa de muchos restaurantes. Ya saben… ¡hay que presumir!