Hace ocho años, Orange empezó un viaje de transformación de redes internacionales donde empleó una estrategia de softwareización de su red que se basaba en la virtualización de las funciones de red. Esto proporcionaba más flexibilidad, eficacia de costes y soberanía en sus despliegues de redes y servicios. A raíz de esto, la compañía logró virtualizar más de 30 funciones de telecomunicaciones de 12 proveedores, entre ellas estaba la red de área extensa definida por software (SD-WAN), voz, la red de entrega de contenido (CDN) y el roaming. Según ha explicado Red Hat en un comunicado, “la clave fue construir una red de telecomunicaciones en la nube con una cobertura tan amplia que asegura estar a menos de 10 milisegundos de cualquier cliente”.
Ahora, el objetivo de Orange es acelerar su transformación a la nube y la softwareización de sus servicios. Por este motivo, la compañía de telecomunicaciones apuesta por migrar sus servicios a una infraestructura nativa de la nube que se basa en plataformas de Red Hat.
La base para este despliegue es Red Hat OpenShift, que se empleará para integrar las funciones de red nativas de la nube. Al incorporar Red Hat OpenShift Virtualization, se busca mejorar la experiencia actual de Orange en cargas de trabajo virtualizadas.
Gracias a Red Hat Ansible Automation Platform será posible el despliegue y escalado totalmente automatizados en toda su infraestructura. “Red Hat y Orange están colaborando para crear una plataforma cloud-native y de automatización que sea compatible con cualquier proveedor. Esto se aplica a la infraestructura global de Orange, reforzando la digitalización y estandarización de los servicios de red”, ha explicado Red Hat en un comunicado.
Con esta nueva plataforma, se podrán gestionar diversos casos de uso, incluyendo SD-WAN, pasarelas SASE, IMS, y núcleos 4G y 5G, así como Internet de las Cosas (IoT) y servicios de roaming.
Hasta el momento, Orange ha implementado seis nuevos puntos de presencia (PoPs) en colaboración con Red Hat. Esta asociación permite a Orange operar con mayor agilidad y adaptarse rápidamente a las demandas de los clientes y a las oportunidades del mercado.
En cuanto a los beneficios de esta colaboración, destaca una mejora en la gestión del ciclo de vida y un proceso de actualización más ágil y sencillo. Además, al establecer una plataforma común, se podrá alojar cargas de trabajo, tanto virtuales como en contenedores, de manera uniforme en cualquier entorno.
Asimismo, el despliegue y escalado completamente automatizados, junto con el aprovisionamiento zero-touch, disminuirán el riesgo de errores humanos y permitirán que los servicios se desplieguen cuatro veces más rápido. Esto se logra a través de la infraestructura como código (IaC), que optimiza el control de versiones, mejora la gestión de cambios y facilita el redespliegue rápido de clústeres y funciones de red en caso de fallos, aprovechando características integradas como el aislamiento de red, contenedores y acceso controlado a las aplicaciones, gracias a una configuración de hardware optimizada.
Orange tiene planes de expandir su infraestructura de nube común de telecomunicaciones, basada en Red Hat OpenShift, a 75 PoPs a nivel global en los próximos dos años. Esto incluye la migración de sus 50 plataformas OpenStack actuales y la implementación de 25 nuevos PoPs. Para avanzar en sus objetivos de sostenibilidad, Orange podrá reutilizar el equipo existente y beneficiarse de las capacidades de monitoreo del consumo energético de Red Hat OpenShift, lo que contribuirá a reducir su huella de carbono.