Pruebas de Accesorios

Prueba JBL PartyBox Club 120

(Foto: Hugo Nores).
Hugo Nores | Martes 13 de mayo de 2025

JBL presentó el pasado año dos nuevas introducciones a su famosa familia de altavoces portátiles dedicados a fiestas, PartyBox. Se trata de el Stage 320 y el Club 120, siendo este último el más pequeño (con permiso del PartyBox Encore, que tiene un formato diferente) y el protagonista de la prueba de hoy. El PartyBox Club 120 viene a sustituir al 110 con mejoras tanto en la calidad del sonido como en la tecnología y batería.

Si bien estos productos son bastante de nicho pues la mayoría de la gente se decanta por un altavoz bluetooth de un tamaño más compacto, los altavoces para fiesta están ganando más y más adeptos gracias a su potente sonido y portabilidad. JBL lleva años apostando por esta clase de dispositivos y su experiencia se nota en la calidad de los acabados y en el sonido profundo perfecto para la música de fiesta.

De esta forma, ¿tiene el PartyBox 120 todo lo que demanda el público de esta clase de altavoces? Lo hemos estado probando durante unas semanas para poder responder a la pregunta.



Diseño

El JBL PartyBox Club 120 es el hermano pequeño de la línea de altavoces de fiesta de JBL, pero aún así tiene un tamaño considerable para un altavoz portátil, con 60 centímetros de alto y ligeramente por encima de los 11 kilos de peso. Por supuesto, el propósito de estos equipos no es llevarlos a todos lados, sino ofrecer la máxima potencia de sonido posible en un altavoz con batería y sin cables.

El Club 120 está construido casi en su totalidad en plástico, excepto por el grill metálico frontal. Sus pequeños orificios permiten el paso del sonido mientras que protegen los elementos internos del altavoz. No obstante, al poder usarse en cualquier sitio gracias a su batería, hay ciertos espacios como una playa o el campo donde es posible que arena u otros elementos naturales puedan dañar el equipo. Para esto JBL vende de forma separada una funda especial fabricada con goma y tejido de punto de doble cara (La marca indica que es el mismo material que utilizan para fabricar los trajes de submarinismo) que envuelve por completo al altavoz y le aporta una capa extra de resistencia frente al polvo y arañazos durante su transporte.

Ahora bien, el hecho de que esté fabricado en plástico no quiere decir que la construcción sea de mala calidad, más bien todo lo contrario. El JBL PartyBox Club 120 se siente robusto y muy bien acabado. En la base tiene 4 pequeñas patas acabadas en goma con función antideslizante para una mayor firmeza al apoyarlo en todas las superficies.

En la parte superior, además del panel de control sobre el que hablaremos más en profundidad, hay un asa retráctil que facilita en gran medida la tarea de mover el altavoz más cómodamente. El asa normalmente está plegada y plana con el resto de la base, pero basta con un ligero tirón para levantarla hasta que se escuche un ligero ‘click’ que la fija de forma resistente para poder agarrarla y levantar el altavoz. Una vez terminado se puede volver a su posición empujándola hacia abajo.

En la parte frontal del altavoz, en medio de la rejilla metálica, se encuentra el logo de JBL, de tono gris y con un bordeado naranja para destacar. Bajo la rejilla, además de los diferentes componentes del sistema de sonido, se ubican las luces con las que el altavoz realiza los diferentes espectáculos de iluminación dinámica, seña de identidad de esta serie de dispositivos. En concreto, para el caso del JBL PartyBox Club 120, hay 4 tipos de luces: dos tiras LED, una en la parte superior del frontal y otra en la inferior, que están acompañadas en la misma posición por unos focos de color blanco. Además hay varios pequeños puntos de luz por toda la rejilla que se complementan de forma perfecta con la iluminación principal, un gran que ocupa gran parte del frontal y que tiene diferentes modalidades de iluminación (fijo, estroboscópico, oscilante, etc) configurables mediante la app PartyBox o con un botón desde el propio altavoz.

Puertos y controles

La parte trasera del altavoz queda reservada para todo lo que tiene que ver con los puertos y demás accesorios. Todos están protegidos por tapas estancas ya que el equipo tiene resistencia a las salpicaduras para poder ofrecer sesiones de música incluso bajo la lluvia sin sufrir daños. De arriba a abajo, el primer conjunto de puertos que encontramos alberga una variedad de conexiones, incluyendo un puerto USB y un jack de 3,5 milímetros para reproducir música desde otra fuente que no sea el bluetooth del teléfono.

Los puertos protegidos por tapas estancas ya que el equipo tiene resistencia a las salpicaduras para poder ofrecer sesiones de música incluso bajo la lluvia sin sufrir daños

Por otro lado también se pueden encontrar las entradas para conectar un micrófono y una guitarra al mismo tiempo (o un segundo micrófono, con un pestaña para indicar que hemos conectado en ese segundo puerto), así como las pequeñas ruletas para ajustar la ganancia de cada equipo conectado.

Un añadido que se agradece en este panel de puertos es un pequeño LED que tiene como función facilitar el introducir los cables en sus conexiones cuando estamos en entornos oscuros, sin la necesidad de utilizar una fuente de luz externa.

Justo debajo encontramos otra tapa que al abrirse revela una batería extraíble. Esto es muy interesante ya que ofrece la oportunidad de sustituir la batería por otra cargada una vez se haya agotado la autonomía, para más horas de música. No obstante hay que tener en cuenta que el altavoz no incluye batería de recambio, si queremos una tendremos que adquirirla en la web de JBL por un precio de 55 euros.

Por último, abajo del todo de la parte trasera, y casi pegada a la base del altavoz, una última tapa esconde el puerto AC de carga. El Club 120 puede funcionar sin la batería extraíble mientras esté conectado a la red. Se entiende que por su potencia necesite un cargador estándar, pero es una pena no contar con la versatilidad de poder usar un USB C y tener que llevar otro cable diferente para recargar su batería.

En la parte superior el PartyBox Club 120 tiene un panel de control con diferentes botones con los que controlar la mayoría de funciones del altavoz

En lo relativo a sus controles, en la parte superior el PartyBox Club 120 tiene un panel de control con diferentes botones con los que controlar la mayoría de funciones del altavoz, que pueden ser complementados para un mayor nivel de personalización con la app PartyBox. Por ejemplo, hay dos mandos giratorios, con uno de controla todo lo relacionado con la reproducción de la música (al girar se sube o se baja el volumen y con las pulsaciones se pausan o se avanzan/retroceden las canciones) y con el otro se controlan las diferentes modalidades de iluminación. Además hay dos botoneras adicionales, una para gestionar el bluetooth, conexiones con otros PartyBox y el nivel de intensidad de los bajos, así como otra con la posibilidad de reproducir 3 sonidos pregrabados que se pueden configurar en la aplicación. Por último, una pequeña barra LED indica la autonomía de la batería y su estado de carga al conectarse a la red.

Experiencia de uso

Como hemos podido comprobar se trata de un altavoz muy completo, con variedad de puertos y varias opciones de control y personalización, pero falta ver lo más importante ¿como suena?. Podemos asegurar que tiene la potencia de sobra para cumplir su función de altavoz de fiestas, con un sonido envolvente con mucha presencia de los bajos sin necesidad de tener activado el botón “Bass Boost” que acentúa estas frecuencias.

Por supuesto, JBL no deja la innovación de lado y este Club 120 cuenta con la tecnología AI Sound Boost de HARMAN, que analiza el audio en tiempo real con un algoritmo de IA para optimizar el nivel de salida acústica, resultando en un sonido más potente y menos distorsionado.

El club 120 tiene una Respuesta de frecuencia dinámica de 40 Hz a 20 kHz, dos woofers de alta densidad (5,25 pulgadas) y tweeters duales. Por supuesto, el sonido de este altavoz está dominado por sus graves, pero dudamos que alguien quiera adquirir un PartyBox con la intención de escuchar música clásica.

El ecualizador viene por defecto en el modo “JBL Signature Sound”, que analiza lo que está sonando en cada momento para ofrecer la configuración de sonido más adecuada al tipo de contenido reproducido. No funciona mal pero como indicamos antes, siempre va a tener la predisposición a amplificar los graves por encima de otras frecuencias. Esto es aún más acusado si se activa la opción Bast Boost que tiene dos modos de incremento de los bajos para un sonido aún más profundo.

El nuevo éxito de Bad Bunny, EoO, hace vibrar la habitación con sus potentes bajos mezclados con tambores y otra instrumentación más tradicional. En general el JBL Club 120 suena genial en géneros como el Hip-Hop, todo tipo de electrónica o el reguetón. No obstante, su aplicación ofrece amplias opciones de personalización en el ecualizador para poder configurar el sonido a los gustos de cada usuario.

Por último, en cuanto a la batería, JBL promete 12 horas ininterrumpidas de escucha. Por supuesto, esa cifra es con matices como que el volumen debe estar alrededor del 25%, lo que no es posible en una buena fiesta. Si subimos el volumen cerca del 80% las 12 horas se convertirán más o menos en 7-8, contando con que se puede sustituir por un recambio para que siga la música. Una vez cargado necesitará 3,5 horas para alcanzar el total de su batería.

JBL promete 12 horas ininterrumpidas de escucha

¿Me lo compro?

El JBL Club 120 es una buena opción para aquellos que busquen un altavoz para fiestas, con sonido potente y el show de luces. Ofrece algunos extras interesantes como la personalización vía la aplicación, puertos para micrófono y guitarra, batería sustituible o la protección contra salpicaduras. Su precio es de 400 euros, si bien es normal poderlo encontrar ligeramente más barato gracias a algún descuento.

Lo mejor: Personalización, sonido potente.

Lo peor: No es especialmente portátil por su peso y tamaño. Sin resistencia al polvo.

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