La Operación Hanta no es solo un nombre; es el epítome de una de las investigaciones más sonadas por fraude corporativo y malversación de fondos que ha golpeado el corazón del sector tecnológico español. Centrada en la otrora prominente empresa Zed Worldwide, esta operación destapó un presunto entramado de actividades ilícitas que dejó a la compañía en la ruina y a sus fundadores, los hermanos Pérez Dolset y sus padres bajo el escrutinio judicial.
Dicen quienes los conocían bien que Ignacio Pérez Dolset, ex vicepresidente de AMETIC, era el listo, “genio”, de la familia; pero quien se ha hecho popular en estos días ha sido Javier, que va de estudio en estudio tratando de evitar que se hable de los escándalos de la fontanería del PSOE (que presuntamente implican al Presidente del Gobierno) y de los audios que protagoniza Leire Diez, procurando desviar la atención hacía otros casos que ya son parte de la historia (han pasado más de ocho años) y que no inciden actualmente en el devenir político del país, aunque no dejan de ser tremendamente sucios, si se demuestran (hasta ahora son audios cortados).
Pero el enmarañamiento continuo de la actualidad ha hecho que mucha gente se pregunte el por qué del público resentimiento de Pérez Dolset, historia ya de por sí bastante confusa y que se resume en fraude de subvenciones públicas y una fuerte guerra empresarial en la que se vio implicado desde un extraño ruso a un ilustre Secretario de Estado.
Fue en junio de 2017 cuando la Operación Hanta irrumpió en la escena pública con una serie de detenciones y registros que acapararon titulares. La investigación apuntaba a una red de insolvencia punible, administración desleal, fraude de subvenciones y tráfico de influencias. En el centro de la tormenta, la Fiscalía Anticorrupción y la UDEF de la Policía Nacional señalaban a Javier Pérez Dolset, expresidente de Zed Worldwide, y a su hermano Ignacio Pérez Dolset, cofundadores de los aclamados Pyro Studios (creadores de ‘Commandos’), como los principales artífices de un presunto desfalco.
La acusación principal era clara y contundente: los hermanos Pérez Dolset, junto a otros implicados (ver apoyo al final de la información), habrían desviado grandes sumas de dinero y activos de Zed Worldwide hacia empresas y cuentas familiares. Esta estrategia, según la investigación, no solo buscaba el enriquecimiento personal, sino que también dejó a Zed Worldwide con una deuda asfixiante, culminando en su inevitable bancarrota. Lo más alarmante es que en este presunto esquema se habrían utilizado cuantiosos fondos públicos y préstamos destinados al desarrollo empresarial y la innovación tecnológica.
Desde las que fueron primeras detenciones, el proceso judicial ha sido largo y complejo, con diferentes frentes que se han ido cerrando o continuando en los tribunales. La Operación Hanta, en concreto, no solo puso de manifiesto un complejo esquema financiero que afectó a la empresa tecnológica familiar, sino que también abrió un debate crucial sobre la gobernanza corporativa en España y el uso y fiscalización de las subvenciones públicas (un hito que no parece no haberse alcanzado).
Protagonista indiscutible de esta historia fue el Grupo Planeta, que no solo era un accionista relevante en Zed Worldwide en el momento en que estalló la Operación Hanta, sino que también se ha visto implicado en una serie de acusaciones y contraacusaciones con Javier Pérez Dolset, quien sostiene que Planeta habría utilizado medios ilícitos para hacerse con el control de su empresa.
Y es que Planeta, a través de su holding Planeta Corporación SL, no era un mero inversor en Zed Worldwide, sino que ostentaba una participación significativa que le otorgaba una posición de influencia en la empresa. Sin embargo, esta relación se agrió de forma drástica, desembocando en una auténtica guerra entre accionistas que fue clave en el declive de Zed. Planeta, que llegó a invertir 125 millones de euros en ZED Worldwide, presentó denuncias contra Pérez Dolset por presuntos delitos de estafa y desvío de fondos, lo que llevó a su detención y a pasar 21 días en prisión en 2017. Posteriormente, se demostró que algunas de las pruebas presentadas (como la existencia de cuentas bancarias en Panamá a su nombre) eran falsas, lo que motivó que Dolset presentara una querella criminal contra los directivos de Planeta por falsificación de pruebas, estafa procesal y detención ilegal
El ejecutivo mediático sostiene que la intención de Planeta, y de figuras como Mauricio Casals y José Creuheras, era, en realidad, urdir una trama para hacerse con el control de su compañía. Sus acusaciones no son menores, ya que ha sugerido que Planeta habría utilizado sus influencias y conexiones, incluso con las "cloacas" del Estado, para perjudicarle.
En este contexto, directivos del Grupo Planeta como José Creuheras, presidente de Planeta y Atresmedia, han sido investigados por presuntos delitos que incluyen falsedad documental, revelación de secretos y denuncia falsa, aunque algunas de estas causas han sido archivadas posteriormente.
En esta situación, Pérez Dolset ha denunciado lo que considera un "bombardeo incesante" de noticias sobre su detención y el caso por parte de medios vinculados al Grupo Planeta (como Antena 3, La Sexta o La Razón) y una "tenaza" entre actores policiales y el Grupo Planeta para ir en contra suya; además de una posible estrategia coordinada para presionar en el caso y favorecer los intereses del grupo editorial. De ahí, tal vez, que él se prodigue en medios afines al Gobierno de Sánchez y en Mediaset, que le ha abierto la puerta de sus mejores programas.
En definitiva, las discrepancias entre Pérez Dolset y los dueños de Planeta sobre la gestión de ZED Worldwide, especialmente tras sospechar que podía estar perjudicando a los accionistas, generaron un ambiente de tensión y enfrentamientos personales, llegando incluso a episodios de violencia física en juntas de accionistas.
La compleja interacción entre esta disputa accionarial, los aspectos políticos de la misma (relación personal y directa con miembros del PSOE), las acusaciones de fraude y las presuntas maniobras mediáticas han convertido la Operación Hanta en un caso paradigmático de las interconexiones entre poder empresarial, judicial y mediático en España.
Ignacio Pérez Dolset, por su parte, se mantiene oficialmente al margen y está volcado en la enseñanza.
La Operación Hanta implicó a un gran número de personas y entidades, principalmente relacionadas con el Grupo Zed Worldwide, pero también con conexiones en el ámbito empresarial y mediático: