Quantix Edge Security contará con una estructura societaria compuesta por las empresas murcianas OdinS y TProtege, la firma francesa SEALSQ y la suiza WISeKey. Además, el Estado español, a través de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT), participará con un 49% del capital social. Esta configuración, respaldada por una inversión pública de 19,6 millones de euros, se aprobó en el Consejo de Ministros el pasado 17 de junio, con una previsión de alcanzar los 40 millones de euros mediante aportaciones privadas.
Durante una reunión celebrada en la sede del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, representantes de los socios industriales, entre ellos José Trigueros (CEO de OdinS y TProtege) y Carlos Moreira (CEO de WISeKey y SEALSQ), han mantenido un encuentro con responsables de la SETT y con la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, María González Veracruz, para planificar los siguientes pasos de la constitución de la empresa.
El nuevo centro, cuya ubicación definitiva en la Región de Murcia se decidirá próximamente, se especializará en el desarrollo de servicios avanzados para elementos seguros como llaves criptográficas, certificados digitales y módulos de seguridad. Contará con instalaciones para producción y personalización de microchips, salas blancas, laboratorios de I+D+i en microelectrónica y áreas de testado de obleas, consolidando así un nodo tecnológico integral en el ámbito de los semiconductores ciberseguros.
Se prevé la creación de 250 empleos cualificados en cinco años, con una implementación progresiva
Se prevé la creación de 250 empleos cualificados en cinco años, con una implementación progresiva: 40 puestos en los dos primeros años, 70 en el tercero y hasta 152 en el quinto, configurando un ecosistema de alta capacitación técnica en el sureste peninsular.
El proyecto busca reforzar la autonomía estratégica europea en un ámbito considerado crítico, especialmente ante la irrupción de tecnologías post-cuánticas.
Los chips desarrollados en el centro estarán diseñados para resistir amenazas futuras y se destinarán a sectores altamente sensibles como defensa, infraestructuras críticas, sanidad, automoción, IoT y servicios digitales en la nube. Además de fortalecer la resiliencia tecnológica, el centro contribuirá a reducir la dependencia de proveedores no europeos, promoviendo un ecosistema industrial nacional con capacidad completa, desde el diseño hasta la certificación de dispositivos seguros.