El escenario resultó apropiado para explicar un cóctel corporativo complejo: fuerte inversión en infraestructura, ambición en inteligencia artificial, estrategia multicloud agresiva y un nivel de deuda que ya atrae la atención de los analistas.
Oracle ha inaugurado su tercera región cloud en España, desplegada en modalidad de colocation con Telefónica y respaldada por una inversión superior a los 930 millones de euros.
La compañía ya había destinado 1.000 millones de euros a su región cloud soberana, que ahora refuerza con más capacidad de CPU y una ampliación prevista de GPUs de última generación de Nvidia para proyectos de inteligencia artificial.
El objetivo declarado resulta claro: permitir que las empresas españolas accedan “al stack completo de IA de Oracle” sin sacar los datos del país. Albert Triola, director general de Oracle en España, subraya que “donde estén los datos estará la inteligencia artificial y viceversa” y ha recalcado que la compañía no abre una región cloud si no detecta consumo garantizado.
España se consolida así como nodo estratégico para la multinacional dentro del ecosistema europeo, con especial foco en soberanía de datos y cumplimiento regulatorio.
El despliegue global de regiones cloud y capacidad para IA tiene un coste considerable. Oracle ha emitido nueva deuda por valor de 38.000 millones de dólares para financiar estas infraestructuras, lo que eleva su pasivo total por encima de los 100.000 millones y alimenta previsiones de algunos analistas que sitúan la cifra en torno a los 280.000 millones en 2028.
Triola afronta esta cuestión sin rodeos, recordando que la compañía presume de una disciplina financiera que permite “cerrar los libros contables en ocho días”, algo que, a su juicio, aporta visibilidad en tiempo real y reduce incertidumbre.
La dirección defiende que el modelo limita el riesgo de sobreendeudamiento al “alinear el coste con la monetización”: Oracle empieza a pagar los despliegues a medida que inaugura cada región y activa contratos concretos, de forma que el periodo con infraestructura sin clientes se mantiene en el mínimo posible.
Oracle sitúa su facturación anual en 57.000 millones de dólares y destaca un backlog de contratos no cancelables (RPO) de 455.000 millones
Pese a las dudas sobre una posible burbuja de IA, Oracle insiste en que el crecimiento de su negocio cloud tiene carácter estructural. La compañía sitúa su facturación anual en 57.000 millones de dólares y destaca un backlog de contratos no cancelables (RPO) de 455.000 millones, de los cuales unos 300.000 millones se vinculan a OpenAI.
Los grandes modelos de lenguaje de esta firma se entrenan sobre infraestructura de Oracle dentro de la iniciativa Stargate en Texas, donde se construye uno de los mayores centros de datos de IA del mundo. Triola se muestra tajante ante el riesgo de impago: “OpenAI pagará”, asegura, después de que la organización adoptara una estructura plenamente lucrativa con el objetivo de vincular coste y facturación.
En el plano comercial, la compañía asegura que la demanda de servicios cloud y de IA “sigue por encima de la oferta”. El número de clientes que utilizan capacidades de inteligencia artificial en sus aplicaciones habría crecido en torno a un 200% anual, mientras que el consumo efectivo de servicios de infraestructura registra aumentos del 60% al 600% según el tipo de carga.
La nueva región de Madrid incorpora soluciones como Oracle AI Data Platform, Autonomous AI Lakehouse y la base de datos nativa de IA AI Database 26ai, así como un modelo de créditos multicloud que permite consumir servicios de base de datos e infraestructura en Oracle Cloud, AWS, Azure o Google Cloud con mayor flexibilidad.
Las recientes interrupciones graves en AWS y Microsoft Azure han trasladado el debate desde la capacidad de cómputo hacia la fiabilidad real de los hiperescalares.
Replicar en un CPD corporativo el nivel de redundancia y protección de Oracle Cloud resulta “literalmente imposible”
Oracle, cuarta fuerza del mercado cloud en España por cuota, sufrió un incidente propio en mayo, pero reivindica la resiliencia de su arquitectura. Mercedes Serrano, responsable de Cloud & AI en Iberia, ha defendido que replicar en un CPD corporativo el nivel de redundancia y protección de Oracle Cloud resulta “literalmente imposible”.
En Madrid, algunos clientes ya utilizan configuraciones activo-activo entre centros de datos para garantizar alta disponibilidad, algo especialmente relevante para banca y seguros bajo el paraguas regulatorio de DORA. Pedro Llamas, vicepresidente de Oracle para EMEA, destaca que estas estrategias de continuidad pueden extenderse a entornos híbridos y a otras nubes públicas, con replicación entre plataformas distintas.
Ese enfoque enlaza con la apuesta de Oracle por un multicloud “sin fronteras”. La compañía mantiene acuerdos con Microsoft para desplegar bases de datos Oracle dentro de Azure y aprovechar créditos cruzados, al tiempo que ofrece consumo transparente a través de marketplaces de terceros.
Además, mantiene la misma tarifa de servicio en todas las regiones del mundo, una política que simplifica la planificación financiera de las multinacionales frente a modelos de precios variables por país presentes en otros proveedores.
Más allá de la infraestructura, Oracle intenta posicionarse como actor central en la ola de la IA agéntica. En la capa de aplicaciones, la compañía ha pasado de prometer un centenar de agentes de IA a desplegar alrededor de 600, apoyados en herramientas como Agent Studio, un Marketplace de agentes y un AI Agent Studio reforzado con los principales modelos de lenguaje del mercado.
El objetivo pasa por “cambiar la experiencia de los usuarios con las aplicaciones” a través de agentes capaces de razonar y ejecutar tareas
Alfonso Cossío, responsable de aplicaciones empresariales en Iberia, asegura que el objetivo pasa por “cambiar la experiencia de los usuarios con las aplicaciones” a través de agentes capaces de razonar y ejecutar tareas en procesos de ERP, CRM o recursos humanos.
La tercera región cloud en España, presentada entre cócteles, pero con un trasfondo claramente financiero y regulatorio, encaja en esa estrategia de fondo: más capacidad local para IA, más integración multicloud y más dependencia de un modelo de inversión intensiva que el mercado observa con atención.
El tiempo dirá si el equilibrio entre deuda, demanda y soberanía digital mantiene el cóctel estable o necesita nuevos ingredientes.