Ciberseguridad

De la reacción a la anticipación: la ciberseguridad acelera su giro hacia la automatización y la IA

(Foto: Depositphotos).
Alfonso de Castañeda | Lunes 15 de diciembre de 2025

La automatización y la inteligencia artificial están redefiniendo la ciberseguridad empresarial, impulsando un cambio desde modelos reactivos hacia estrategias capaces de anticipar amenazas y reducir drásticamente los tiempos de respuesta ante incidentes digitales cada vez más complejos.



En este contexto, la ciberseguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones estratégicas de las empresas y administraciones públicas. El aumento sostenido de los ciberataques, cada vez más sofisticados y automatizados, coincide con un contexto marcado por la escasez de talento especializado y por la expansión constante de la superficie de ataque, impulsada por la adopción de tecnologías cloud, IoT y modelos de trabajo híbrido. En este escenario, el sector está acelerando un cambio de paradigma: pasar de una defensa reactiva a un modelo proactivo basado en automatización e inteligencia artificial.

Uno de los ejes de esta transformación es el uso de playbooks de ciberseguridad, es decir, manuales operativos que definen procedimientos estandarizados para detectar, analizar y responder a incidentes.

Estas guías, integradas en plataformas de seguridad, permiten reducir la dependencia de la intervención manual en tareas repetitivas y mejorar la coherencia de las respuestas ante amenazas conocidas. En la práctica, los playbooks se han convertido en una pieza clave para los centros de operaciones de seguridad (SOC), especialmente en organizaciones con entornos tecnológicos complejos.

Automatización para ganar velocidad y resiliencia

El principal valor de estos mecanismos automatizados reside en su impacto sobre dos métricas críticas en ciberseguridad: el tiempo medio de detección (MTTD) y el tiempo medio de respuesta y recuperación (MTTR). Reducir ambos indicadores resulta determinante para limitar el alcance de un incidente, minimizar daños operativos y proteger la continuidad del negocio.

La automatización permite identificar anomalías con mayor rapidez, filtrar falsos positivos y ejecutar acciones de contención de forma inmediata cuando se confirma una amenaza real.

En este contexto, Telefónica Tech ha desarrollado más de 1.000 playbooks que combinan automatización e inteligencia artificial, fruto de su experiencia operativa con clientes del sector público y privado. La iniciativa se enmarca en una tendencia más amplia del mercado: industrializar la respuesta ante ciberincidentes para hacerla escalable y sostenible en el tiempo. Estos playbooks actúan como metodologías reutilizables, adaptables a organizaciones que comparten tecnologías, arquitecturas y riesgos similares.

IA como apoyo al analista humano

Lejos de sustituir a los profesionales de ciberseguridad, la inteligencia artificial se está consolidando como una herramienta de apoyo que amplifica sus capacidades. En los SOC, los analistas se enfrentan a miles de alertas diarias, muchas de ellas irrelevantes. La incorporación de IA permite priorizar eventos, correlacionar información procedente de múltiples fuentes y sugerir cursos de acción basados en conocimiento previo.

La IA facilita además la interacción mediante agentes inteligentes que ayudan a los analistas a ejecutar acciones inmediatas o a buscar soluciones de forma ágil

En el caso de los playbooks avanzados, la IA facilita además la interacción mediante agentes inteligentes que ayudan a los analistas a ejecutar acciones inmediatas o a buscar soluciones de forma ágil. Este enfoque libera tiempo para que los expertos se concentren en la protección de los activos más críticos y en la gestión de amenazas complejas, que siguen requiriendo criterio humano y toma de decisiones contextualizada.

Otro de los aspectos relevantes de esta evolución es la capacidad de convertir la experiencia acumulada en conocimiento estructurado. La estandarización de procedimientos mediante playbooks permite que las lecciones aprendidas en un entorno concreto se apliquen en otros con necesidades similares.

De este modo, la ciberseguridad avanza hacia modelos más colaborativos y basados en buenas prácticas compartidas, algo especialmente relevante para organizaciones medianas y pequeñas que no disponen de grandes equipos internos. La adopción de automatismos también responde a una realidad incuestionable: la demanda de talento especializado supera ampliamente la oferta. En este contexto, la tecnología actúa como un multiplicador de capacidades, permitiendo a las organizaciones reforzar su postura de seguridad sin depender exclusivamente del crecimiento de sus equipos humanos.

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