El informe constata que la innovación en tecnologías cuánticas está en plena ebullición. Desde 2005, el número de familias internacionales de patentes relacionadas con este ámbito no ha dejado de crecer y, en los últimos diez años, se ha quintuplicado. Este avance se apoya, sobre todo, en tres grandes áreas: la comunicación cuántica, la computación cuántica y la sensórica cuántica. Aunque la comunicación ha concentrado históricamente el mayor volumen de patentes, es la computación cuántica la que más impulso ha ganado, con un crecimiento exponencial que la perfila como el motor del sector en los próximos años.
A pesar de esta dinámica positiva, el estudio señala un punto débil claro: la dificultad para escalar los desarrollos y llevarlos al mercado. La mayoría de las iniciativas siguen ancladas en fases tempranas y dependen en gran medida de financiación pública o rondas iniciales de inversión. De hecho, menos del 20% de las más de 4.500 empresas con actividad cuántica en el mundo se dedican exclusivamente a este campo, mientras que el resto son grandes compañías tecnológicas que combinan la cuántica con otras áreas de negocio y cuentan con mayor capacidad para industrializar los avances.
En este contexto, España ha comenzado a mover ficha. En los dos últimos años, el país ha integrado las tecnologías cuánticas en sus planes nacionales de recuperación y resiliencia y, en abril de 2025, dio un paso clave con el lanzamiento de la primera Estrategia Española de Tecnologías Cuánticas. Esta hoja de ruta contempla un presupuesto estimado de 808 millones de euros, con el objetivo de reforzar la investigación, impulsar el talento y preparar el terreno para futuras aplicaciones comerciales. Si se suman inversiones públicas y privadas adicionales, la cifra podría alcanzar los 1.500 millones de euros.
Como parte de esta apuesta, el Gobierno ha aprobado la creación del Centro de Comunicaciones Cuánticas, una iniciativa que busca coordinar a los principales actores públicos del país y consolidar una red estable de investigación y desarrollo. El proyecto prevé inversiones relevantes en instituciones científicas de referencia, como el Instituto de Ciencias Fotónicas de Cataluña, la Universidad Politécnica de Madrid, el Donostia International Physics Centre o el Instituto de Astrofísica de Canarias, reforzando así el papel del sistema científico español en este ámbito emergente.
A escala internacional, Estados Unidos continúa liderando el desarrollo de tecnologías cuánticas, tanto en número de patentes como en capacidad de inversión. Europa se sitúa en segunda posición, por delante de Japón, China y Corea del Sur, y destaca por contar con una de las comunidades de startups cuánticas más densas del mundo. Países como Reino Unido, Países Bajos o Francia concentran un elevado porcentaje de empresas dedicadas exclusivamente a la cuántica, aunque siguen enfrentándose a problemas de financiación y escalado que limitan su competitividad frente a los grandes actores estadounidenses.
El informe subraya, además, que el futuro del sector pasa por una mayor colaboración entre centros públicos de investigación, startups y grandes empresas, así como por el refuerzo de las cadenas de suministro y la formación de profesionales altamente cualificados. Solo así, concluyen los autores, será posible transformar el actual dinamismo innovador en aplicaciones reales que impacten en la economía y en la sociedad.
En definitiva, las tecnologías cuánticas ya no son una promesa lejana. Su desarrollo se acelera y los cimientos están puestos. El reto ahora no es tanto inventar más, sino convertir ese conocimiento en soluciones comerciales viables que permitan a Europa y a España no quedarse atrás en una carrera tecnológica que apenas acaba de empezar.