Apuesta definitiva de Movistar por la 3G+, técnicamente conocida como HSDPA, este Samsung Z720 garantiza la conexión y transmisión de datos a velocidades que alcanzan los 1,6 Mbps, lo que supone multiplicar por seis la velocidad punta de descarga que, hasta ahora, ofrecían los operadores a través de la telefonía celular de tercera generación (WCDMA/UMTS). Todo un mundo de servicios insospechados a disposición del usuario.
Descarga de paquetes de datos a alta velocidad sería la traducción más adecuada para las últimas siglas que han azotado la telefonía móvil y que suponen un paso hacia un ancho de banda ‘in crescendo’ del cual no se conoce con exactitud dónde está el límite. Llegado el momento de escribir este tipo de pruebas se duda entre la tentación de caer en el uso de terminología ultratécnica, nivel entendidos, o pecar de simpleza para explicar a los lectores que en las comunicaciones digitales los datos se dividen en unidades mínimas (bits) que se empaquetan (como suena, se hacen paquetes) y se transmiten a modo de puzzle que, al ser recibido, se encaja y descodifica formando la cadena de información que ha solicitado o ha sido enviada al receptor. Esa información digitalizada puede ser sonido (voz o música), imagen (fotos, vídeos, películas) o texto que circula por una autopista imaginaria (bandas) de cuyo ancho depende la velocidad de transmisión. En redes fijas (a través de diferentes tipos de cables) ya se habían alcanzado velocidades muy interesantes, pero ahora el ancho de banda inicia su proceso de ensanchamiento en las redes celulares y, en el caso del sistema telefónico móvil instalado en España (y en toda Europa), GSM, esta evolución se denominó en principio UMTS y ahora HSDPA, siglas, estas últimas, que responden a una modulación que se realiza sobre las mismas infraestructuras (antenas) ya existentes. Todo esto significa que, las bondades del ordenador ahora las tenemos plenamente en nuestro terminal móvil y, en este caso concreto, en un teléfono. ¿Eso significa que tenemos acceso universal? No, pero casi. El límite lo establece el navegador, ya que no todas las páginas web están diseñadas para poderse consultar o trabajar sobre ellas en determinados formatos, un ejemplo fácil sería el ya popular Google Calendar, el cual, con un poco de suerte, se puede consultar en algún tipo de vista, pero no modificar. ¿Ventajas? Todas. Es una experiencia que conviene probar para sorprenderse y llegar a entender que se pueden consultar mapas y callejeros en un segundo, utilizar diccionarios y enciclopedias allá donde te surja una duda, descargar o visionar programas, leer prensa… hablamos de un formato de vida, que ya está aquí, al que no todos nos habituaremos, pero en el que vivirán las generaciones venideras. Hablamos de llevar un disco externo a nosotros donde se almacena el conocimiento universal y al que podemos recurrir en cualquier momento; hablamos de la comunicación sin límites, hablamos de compartir nuestra vida, nuestras circunstancias, nuestras ilusiones de forma instantánea (ese vídeo de los niños viendo los reyes que vuela hasta el teléfono de los abuelos en menos tiempo del que se establece una llamada en la cual pretendemos explicar las sensaciones vividas). Todo eso nos lo ofrece hoy un terminal, modelo slide (deslizante) que parece un digno sucesor de los populares y deseados D500 y D600 de la marca, pero como si alguien los hubiera metido entre dos libros, ya que se ha ensanchado, ha crecido y se ha estrechado (104,5 X 51,3 X 13,8 mm/ 80 gramos) llegando a ser casi idéntico (o sin el casi) al D900. Por supuesto, negro y personalizado para Movistar.