Esta prohibición es la consecuencia de un experimento que se hizo en el país asiático, en el que ratas expuestas a luz LED ambiental doméstica presentaron un deterioro irreversible en su retina.
En España, centros como Retricare o la UCM, han hecho estudios similares en los que se observó un daño retiniano en los ojos expuestos de las ratas a longitudes de onda corta ante una exposición aguda y sin filtro de protección.
Sus últimos estudios también indican que las pantallas de dispositivos electrónicos como móviles o tabletas emiten cinco veces más luz de onda corta, que puede ser altamente nociva para los ojos de los más jóvenes ya que su cristalino aún no está bien formado.