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El debate sobre la neutralidad de Internet

miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

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Neutralidad en internetLa neutralidad de la red o “Network Neutrality” es uno de los temas más candentes alrededor de Internet y que genera una gran discusión entre ISP, operadores y reguladores; es uno de los principios básicos sobre los que se fundamenta una Internet libre tal y cómo hoy la conocemos. La neutralidad, en términos muy simples, viene a decir que la red trasmite todo lo que le llega, sin mirar lo que circula por ella, ni priorizar tráfico, con la gran ventaja de que no hace falta cambiar nada en la red para lanzar un nuevo servicio y que la red es, básicamente, la misma para todo el mundo, que paga igual por el mismo tipo de acceso (dependiendo del proveedor del mismo), la utilice mucho o poco.

 

Este principio se ha puesto en duda por las compañías de telecomunicaciones e ISP de Estados Unidos, y de otros países, que pretenden poder diferenciar servicios según el tipo de tráfico, de manera tal que podrían dar mayor prioridad a los propios, no permitir que los usuarios accediesen a servicios que consumen mucho ancho de banda, como el caso del P2P, la web 2.0 (las nuevas aplicaciones y la creación de las comunidades online, incentivan a los usuarios a compartir sus ficheros, especialmente de vídeo, audio, software y juegos), el cloud computing, el streaming y los servicios como la telefonía en internet (VoIP), que amenazan el negocio de los operadores tradicionales de telecomunicaciones. También, éstos podrían cobrar, no sólo a sus clientes finales, como hacen hasta ahora, sino a los grandes proveedores de contenidos (Google, Microsoft, Yahoo, etc.), que por ahora no contribuyen al desarrollo de su infraestructura, pero que se aprovechan de ella, sin aportar dinero alguno a suNeutralidad en internet mantenimiento y desarrollo.
No obstante, en septiembre de 2009, la FCC (Federal Communications Commission) de EEUU lanzó una propuesta que apoyaba esta neutralidad, yendo incluso más allá al proponer que se cubriesen todas las conexiones de banda ancha, incluidas las de datos para teléfonos móviles inteligentes (smartphones). Así, se podría establecer una comunicación de voz a través de canales de datos, por ejemplo utilizando Skype o Google Voice, con lo que las comunicaciones serían más baratas. La propuesta, de aprobarse, sería una victoria para los defensores de los consumidores y grandes compañías de Internet como Google, a expensas de los operadores de telecomunicaciones como AT&T, Verizon Communications, Sprint Nextel y T-Mobile.
Si tenemos en cuenta que en el futuro cercano la mayoría de la gente accederá a Internet por dispositivos móviles no se puede dejar de lado la importancia de la neutralidad de la redes de banda ancha móvil, no solo de la Internet “fija”.
Tráfico e inversiones en red
El principio de neutralidad de la red propone el mantenimiento de la actual filosofía de tarifas simples y planas independientes del uso, tal y como se viene haciendo hasta ahora. No obstante, el consumo masivo de contenidos de alto valor comercial por una parte de los usuarios (el 80% de los contenidos lo descarga el 20% de los usuarios, que se bajan películas, canciones, juegos, software, etc. de forma intensiva) con la consiguiente ocupación de recursos de red y/o la necesidad de garantizar una determinada calidad del servicio de acceso que requieren determinados contenidos puede exigir, por motivos obvios de eficiencia, el desarrollo de políticas de precios de acceso diferenciadas, ya que si no, al ser la media de uso muy dispersa, se está penalizando a unos usuarios –los de poco consumo–, frente a los otros.
La actualización de las redes troncales que conforman Internet para dotarlas de mayor ancho de banda, puesto que se tiende a ofrecer velocidades de acceso cada día mayores, y de las propias redes de acceso, para pasar del cobre a la fibra óptica, requiere de grandes inversiones. Además, dado que los precios del acceso tienden a la baja, resulta muy difícil para los operadores de red recuperar estas inversiones, que necesitan realizar para satisfacer la demanda creciente con suficiente calidad de servicio, por lo que la única posibilidad es, o bien diferenciar tarifas según el tráfico que se consuma (algo que ya existe en el acceso a través del móvil), o hacer partícipes de las mismas a los grandes beneficiarios de Internet, léase Google, Yahoo, Microsoft, etc. Está claro que unos necesitan a los otros, pues sin red no sería posible la distribución de contenidos y sin contenidos y aplicaciones interesantes no se generaría tráfico para los operaNeutralidad en internetdores y negocio en las redes; por tanto, parecería lógico que todos compartieran el gasto.
En este contexto, y ante la discusión sobre la neutralidad de la red, es claro ver que existe una interrelación, cada vez más intensa, entre dos mundos que han estado separados, al menos desde la perspectiva de la regulación, el de las telecomunicaciones y el de los contenidos, es decir, el de suministro del acceso y transporte de la información de los contenidos y el de la producción, edición y búsqueda de los mismos. Por un lado, los operadores de telecomunicaciones estarían en contra de la neutralidad de la red, mientras que, por otro, los principales proveedores de contenidos, como Amazon, Google Yahoo, Microsoft, eBay/Skype y otros, estarían a favor de una red neutral en el sentido antes expresado, que favorezca el intercambio libre de contenidos en la red.
Pero para afrontar el incremento del tráfico de la red es necesario invertir en nuevas infraestructuras de acceso (fibra óptica, sobre todo), lo que entra en los planes de muchos operadores, principalmente de los incumbentes, y para ello éstos consideran que las autoridades de regulación (La CMT en el caso español) no deberían extender las obligaciones de apertura de red que hay en la actualidad para las infraestructuras de cobre (en todo caso, aceptan la compartición de los conductos, como mal menor, para evitar nueva obra civil), pues ello desincentivaría la inversión, al tener éstos que ceder parte de sus redes a operadores que solo revenden el servicio sin aportar valor añadido. Esta es una postura contraria a lo que se trata de promover desde la Comisión Europea, que aboga por una compartición de las redes, para favorecer la competencia, por lo que el debate no está aún cerrado.

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