Prueba BQ Aquaris V, BQ sigue la línea de crucero marcada: calidad y precio

El diseño inmutable de BQ

Se podrían dar miles de rodeos para llegar a la misma conclusión: no hay cambios en la estética del BQ Aquaris V. Tal vez, a este respecto, ha tenido un tinte un poco decepcionante abrir la caja y no poder quedar maravillados ante el diseño de lo nuevo de BQ. No obstante, lo más seguro es que BQ no haya buscado justamente la sorpresa con este dispositivo y sus líneas son similares al patrón establecido por la mayor parte de los móviles de la compañía. Posee una pantalla HD de 5’2 pulgadas y cuenta con cristal curvo 2,5D, brillo de 520 nits y cristal japonés NEG Dinorex ultrarresistente. Está disponible en color deep black y mist gold.

Llama especialmente la atención que, a pesar de su considerable tamaño, se puede operar perfectamente con el teléfono. Por regla general, es cierto que BQ tiene acostumbrados a sus usuarios a una experiencia ergonómica muy satisfactoria y este Aquaris V es un ejemplo más de ello. Asimismo, estamos ante un terminal que transmite resistencia y seguridad por todos sus poros. En contrapartida, esa consistencia se puede resumir en 165 gramos de peso, que lo hacen un dispositivo un poco más pesado de la media.

Para esta gama, ha optado por un sensor Sony IMX386 de 12 MP y tecnología Big Pixel

Como viene siendo habitual en los smartphones más recientes, el control de volumen y bloqueo o apagado del teléfono se configuran como los únicos botones físicos del dispositivo; a partir de ahí, el resto de funcionalidades se realizan de forma táctil. El marco inferior del BQ incorpora tres puntos digitales que actúan, de izquierda a derecha, como botón de atrás, Home y acceso a pestañas abiertas.

Mantiene bahía para la inserción de tarjeta y el puerto USB-C, para carga, se sitúa en el canto inferior del terminal, quedando el superior para la entrada jack de auriculares. En el marco de arriba, cámara frontal, sensores de luz y proximidad, altavoz de llamadas y sensor LED para notificaciones.

Como ya se pudiera ver en gamas anteriores de Aquaris de BQ o en LG, la contraportada, además de la cámara, integra un sensor de huella dactilar que permite desbloquear el teléfono y que, además, actúa como una especie de touchpad. Esta funcionalidad se ha convertido en buque insignia para la compañía española.

Una experiencia audiovisual sorprendente

La empresa es conocedora de que su público más joven es fiel consumidor de contenido multimedia, por ello, ha integrado un amplificador inteligente TFA9896 de NXP, una salida de auriculares con niveles de distorsión a máximo volumen inferiores a 0,006% y el códec de audioBluetooth aptX, que reduce la latencia y la pérdida de calidad típica en códecs tradicionales. Resulta realmente confortante escuchar a través de los altavoces del Aquaris V.

La cámara: el clásico que nunca falla

La fotografía ha sido otra de las señas de identidad históricas de BQ. Para esta gama, ha optado por un sensor Sony IMX386 de 12 MP y tecnología Big Pixel. Gracias al tamaño de los píxeles (1,25 𝞵m/pixel) y a la apertura de f/2.0, el sensor es capaz de captar más luz, reduciendo el tiempo de captura y obteniendo mejores contrastes y contraluces. I

Además, incluye tecnología de enfoque ultrarrápido PDAF y función HDR/HDR+. Su cámara delantera de 8 MP, de una más que aceptable calidad, integra flash frontal para selfies nocturnos, Face Beauty y Selfie Indicator, además de HDR.