A simple vista, el pequeño y discreto asistente para el hogar es prácticamente igual que el anterior, pero el fabricante ha aprovechado la ocasión para reforzar el equipo de sonido, de forma que sus dos funciones principales -además de responder- que son escuchar y emitir, dan un paso adelante en términos de calidad y no sólo se refuerzan los bajos, sino que tanto las respuestas, como la música suena con mayor potencia y nitidez.
Para colgar
En términos de diseño (probamos la combinación de color gris y blanco), observamos que la base de goma incorpora sobre el logo un colgador de pared, de forma que una simple alcayata, un cuelga fácil o una chincheta que no tenga la cabeza muy gorda sirven para acoplar el Nest mini a la pared; eso sí, hay que tener en cuenta que debe estar cerca de un enchufe, puesto que debe permanecer enchufado.
En el borde apreciamos claramente la toma de corriente (el cable y el enchufe, de 15w, igualmente de imagen cuidada) y el botón de mute, dispuesto para esos momentos en que queremos garantizar nuestra privacidad y que es tan fácil de usar como encendido a la derecha (fondo blanco) y apagado a la izquierda (fondo rojo). Si los micrófonos están desactivados, se pueden ver cuatro luces de color naranja en la parte superior del terminal.
No obstante, Google incluye en la caja un folleto en cuya portada se puede leer: “Formar parte de tu hogar significa respetar tu privacidad” y dentro explica claramente cómo perder el miedo a los rumores -que parecen ciertos- de que los micrófonos se pueden activar en cualquier momento sin que los hayamos invocado.
Técnicamente
De pequeño tamaño (9,8 cm de diámetro y 4,2 de alto), el Nest se comercializa en colores tiza y carbón y cuenta con un juego de luces que te dan indicaciones de uso. Por ejemplo, para subir o bajar el volumen, hay que pulsar sobre los laterales.
En términos de conectividad, dispone de WiFi y de Bluetooth y la configuración se realiza a través de la aplicación del hogar que incluye cualquier sistema operativo Android con la suite de Google integrada.
Para ofrecer un sonido óptimo y que se pueda utilizar desde cualquier habitación de un piso de tamaño regular (hasta 150 m2 aprox) cuenta con un transductor de 40 mm y tres micrófonos de largo alcance
El procesador tiene arquitectura ARM de cuatro núcleos de 64 bits a 1,4 GHz e incluye sistema de inteligencia artificial con aprendizaje automático. Como es lógico, sólo funciona con sistemas operativos Android.
En funcionamiento
Una vez enchufado y con la aplicación de Google Home abierta en el móvil, hay que utilizar WiFi para enlazar el terminal; pero la configuración la realiza prácticamente solo. Después, basta invocar al asistente diciendo “Okey Google” para solicitarle aquello que necesitemos: “Que tengo hoy en la agenda”, “Qué día hace”, “Quién ha ganado la copa del mundo de balonmano”, “Cuáles son las noticias de última hora”, “Pon música”...
Pero más allá, una de las mejores opciones de los asistentes es la posibilidad de combinarlos con otros productos para el hogar como enchufes, bombillas, electrodomésticos adaptados, etc. y poder gestionarlos con la voz: “Enciende la luz de la lámpara”, “Apaga la caldera”, etc; ya que, y terminamos como empezamos, nos permite un gran ahorro en términos de consumo de energía y, por tanto, se suma a la gestión del medioambiente.
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