Tras un tiempo de prueba en el que parece que no han logrado obtener los resultados deseados, YouTube ha decidido suprimir su sistema de filtración de contenido inapropiado a través de IA en la plataforma de vídeos, y volver a su método tradicional con trabajadores humanos. Esto se debe a que la propia Inteligencia Artificial, eliminó según la plataforma “demasiados vídeos” por “infringir las normas de la plataforma”, en total, se estima que unos 11,4 millones. Dados estos resultados, YouTube ha decidido que la mejor opción para filtrar su contenido es la mano humana.
Un paso atrás
En ocasiones, la tecnología también puede llegar a fallar y es que la decisión entre sí un vídeo es apto, o no, para la plataforma YouTube no es una decisión sencilla de tomar. Actualmente, se filtran vídeos dependiendo de su contenido y se les asigna un icono en función del tipo de monetización y posicionamiento al que aspiran, un trabajo que ya de por sí resulta complicado dado que hay que analizar los vídeos en detalle, pero en el caso en el que un vídeo supuestamente no cumpla con las condiciones de YouTube, la decisión se complica aún más y sobretodo si se trata de un contenido polémico o que proponga dudas morales de las que la IA ha demostrado no ser capaz de analizar.
Entre los meses de abril y junio, periodo en el que YouTube tuvo que prescindir de varios de sus empleados dadas las condiciones originadas por la pandemia mundial, la IA tomó protagonismo en la plataforma, sin embargo, parece ser que en exceso dado que se eliminaron en torno a 11 millones y medio de vídeos que “no cumplían con las normas de la plataforma”. Esta cifra supera con creces los 9 millones de vídeos eliminados del periodo anterior y está directamente asociada a la falta de personal. A pesar de ello, en un periodo en el que las elecciones americanas, las protestas contra el racismo y la desinformación son tendencia, YouTube prefirió pasarse de la raya antes de quedarse cortos.
Demanda a YouTube
En el Reino Unido, por otro lado, la han tomado con la plataforma de vídeos pero por otros motivos. Presuntamente, YouTube, ha estado recopilando datos de niños de forma masiva sin el pertinente consentimiento de los padres y se enfrenta por ellos a una demanda de ciberespionaje ante el tribunal Superior de Justicia del Reino Unido. Esta demanda, tramitada de forma colectiva, ha sido impulsada por el experto en privacidad Duncan McCann y solicita un importe de 2.500 millones de libras por daños contra la infancia. Esta resolución podría conocerse este mismo otoño y asegura que la empresa recopila datos personales de menores de 13 años sin permiso de los adultos.
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