Sony y su ojo inteligente

La compañía japonesa muestra las aplicaciones de su chip de visión inteligente IMX500. Y no tiene nada que ver con móviles o cámaras fotográficas.

Si te hablan de un sensor de imagen y Sony, el resultado de la ecuación parece obvio. No en vano, Sony es uno de los principales fabricantes de esta categoría y suele ser el elegido para las cámaras de los móviles de gama alta. Así que, cuando el año pasado Sony presentó los IMX500 y IMX501 el foco se me fue hacia los móviles y las cámaras de fotos.

Sony ya fue pionero en integrar la memoria RAM en el sensor de imagen. Logró de esta forma aumentar sensiblemente la velocidad de grabación de vídeo y conseguir una cámara lenta envidiable para sus móviles. Así que la integración de la inteligencia artificial en el sensor de imagen parecía un paso en la misma dirección. Porque, de una forma muy básica, eso son los IMX500 y 501: sensores de imagen con la IA integrada.

El fallo en la deducción es que la primera aplicación que ha mostrado Sony, casi exactamente un año después de la presentación de estos sensores, no ha sido sobre un teléfono móvil ni una cámara fotográfica, sino un proyecto piloto en Roma para optimizar el transporte y disminuir los accidentes con peatones.

¿Se reducirá el caótico tráfico de Roma?

Y eso que parecen tener un tamaño apropiado para ir dentro de un móvil: aproximadamente siete milímetros de diagonal (el 500). Debería habernos dado una pista que la resolución del sensor fuera de 12,3 millones de píxeles (4.053 x 3.040), suficiente incluso para capturar vídeo con resolución 4K a sesenta imágenes por segundo, pero insuficiente para competir con los sensores de más de 100 megapíxeles que llevan las cámaras de los móviles de alta gama.

Un chip de imagen con la inteligencia artificial incorporada no sólo añadiría rapidez al aplicar esa IA dedicada, sino que lo dotaría de independencia con respecto de la nube para procesar las imágenes, lo que redunda de nuevo en rapidez y, sobre todo, privacidad: no hace falta que las imágenes y sus datos, en bruto o procesadas, salgan del móvil.

Pero seguimos hablando de móvil y ya hemos visto que no se trata de eso, sino de un ambicioso proyecto de momento centrado en Roma: mejorar el tráfico y la seguridad de los peatones.

Un piloto de tres patas

El piloto tiene tres patas. La primera es evaluar e informar de las plazas de aparcamiento libres en superficie y su ubicación; la segunda detectar los pasajeros que esperan en cada parada de autobús y la capacidad del vehículo que esté circulando y la tercera controlar el tráfico de peatones en los pasos de cebra.

La información se obtiene mediante el procesado de imágenes, pero no se pone en riesgo la privacidad, ya que esas fotografías son procesadas en local y sólo se comparten los datos necesarios para enviarlos al conductor que busca apartamiento, al pasajero que espera en una parada que sabrá si el bus tiene o no plazas libres, al gestor de la flota de autobuses para reforzar una línea o al coche que se acerca a un semáforo de que hay peatones en la calzada.

Sony, junto con varias start ups italianas, ha colocado un dispositivo al que ha llamado Genius Smart Tip sobre algunos semáforos en el centro de Roma. Cada Genius lleva en su interior dos sensores IMX500 que vigilan las calles para controlar los espacios libres para aparcar, los pasajeros a la espera de autobús y los peatones en los pasos de cebra.

El sistema extrae en tiempo real los metadatos de cada imagen y los envía sin almacenar ni compartir imágenes y cumpliendo, de esta forma, los requerimientos de privacidad.

Los viajeros que elijan Roma a partir de principios de junio podrán ver sobre algunos semáforos del centro una especie de doble cono. Esos son los Genius.