Un Mobile silenciado por las bombas

Por Pilar Bernat

pbernattelycom4com /7/7/16

lunes 07 de marzo de 2022, 09:10h

Escucha la noticia

No se puede negar: ese Mobile World Congress 2022 que, por fin, parecía recuperar la normalidad, que había cubierto siete pabellones de stands y esperaba 60.000 visitantes, fue una de las primeras víctimas del mal de la soberbia que vive Ucrania; víctima de ese gen maléfico que lleva a alguien a considerar que sus razones son no buenas, sino mejores y que tras generar un sentimiento de total desprecio hacia los demás, lo anima a la ignominia de invadir un país soberano. Por eso, en esos periódicos, esos informativos, esos diarios hablados donde durante toda la semana deberían haber brillado las noticias tecnológicas, de digitalización y prosperidad, sólo se leía, veía o escuchaba el susurro de la desesperación y los gritos lacerantes del dolor.

Pero allí, en la Fira de la Gran Vía de L’Hospitalet de Llobregat, entre noticia y noticia que ojeabas en tu móvil o en alguno de los muchos terminales 5G con procesadores de ultimísima generación que, en Samsung, Huawei, Xiaomi, Honor, Oppo, Realme, etc. estaban expuestos, había un lugar para la sonrisa, para el saludo golpeado, para los abrazos que intercambiábamos con afecto y sin miedo a ser un nuevo paciente cero. Era el momento del reencuentro: un reencuentro con pasaporte Covid vigente, con mascarillas FPP2, con declaraciones de salud diaria, con poca distancia interpersonal y algún punto para la desinfección de manos; pero, al fin y al cabo, un nuevo comienzo.

Un salto cualitativo

Si pasamos por alto el apenas representativo MWC 2021, que se celebró de forma simbólica en junio, el salto desde 2019 a 2022 en términos de red ha sido muy grande. No hay que olvidar que los anfitriones del Congreso son los operadores miembros de la GSMA y que esta fiesta va de la evolución de sus infraestructuras y servicios y de lo que el resto de las empresas del sector pueden ofrecer gracias a ellos.

En resumen: los datos navegan por redes de ultrabanda ancha multigigabit a toda vela, la latencia se esfuma poco a poco como la niebla y los nuevos servicios arriban a buen puerto a la espera de esa aplicación que encienda el mercado y que muchos ansían llegue desde un mundo irreal llamado Metaverso.

Y si en 2019 sólo alguna compañía como Vodafone había hecho una llamada 5G NSA (sobre redes combinadas, no sólo 5G) con terminales homologados (Samsung Galaxy S20 Ultra 5G), en 2022 la 5G está ya en plena fase de despliegue en los principales operadores del mundo; las frecuencias en los 3,5 y los 700 MHz ya están subastadas -al menos en España-; la palabra microondas y el término redes privadas (VPN sobre redes móviles) no se cae de la boca; hay tecnologías que permiten el súper aprovechamiento de las frecuencias 4G (DSS) en pleno rendimiento; Edge computing acerca el almacenamiento a los interesados y el ‘network slicing’ dedica recursos diferenciados a cada cliente y caso de uso, según necesidad. En resumen: los datos navegan por redes de ultrabanda ancha multigigabit a toda vela, la latencia se esfuma poco a poco como la niebla y los nuevos servicios arriban a buen puerto a la espera de esa aplicación que encienda el mercado y que muchos ansían llegue desde un mundo irreal llamado Metaverso.

Vodafone realiza la primera llamada Open RAN

El metaverso holográfico

Ese metaverso en el que Meta (Facebook) o Nvidia se empeñan y para el que se está gestando el modelo de negocio entre alguna ‘fake’ y mucha locura, ya no requiere de nuestro avatar para disfrutarlo; los gemelos digitales (simulaciones que reproducen cómo se comportará un producto en fase de diseño cuando llegue al mercado real) y la telepresencia mediante hologramas parecen estar llamados a protagonizar los primeros asentamientos. Así, es más que posible que las grandes empresas tengan pequeños despachos preparados al efecto (múltiples cámaras) con el fin de que sus ejecutivos, personal comercial o productivo puedan mantener encuentros, celebrar reuniones o eventos en un mundo virtual que ya está esperando el advenimiento.

Y si cuando volvamos al mundo real, tenemos mareos, siempre podrá haber un robot camarero y un chucho de hierro tal vez práctico, pero bastante desagradable, que te servirán una copa y te harán compañía mientras te sientas frente a una televisión transparente, reflexionas y piensas: el mundo está en guerra y yo estoy en estas.

El MWC 2022 vuelve a brillar con luz propia como foco clave para los negocios

La sostenibilidad, una preocupación

Es entonces cuando buscas la fe en el ser humano y adviertes que hay quienes están realmente preocupado por la gestión de la energía (edificios de inteligencia avanzada), por el doble aprovechamiento de recursos (torres de comunicaciones a la vez que estaciones eólicas), por el crecimiento de los árboles que más generan oxígeno y el control para evitar que se maten los bosques (sensores de ruido con alerta de tala). Que hay quienes sus guerras y peleas no salen de una pantalla en la que quieren jugar en tiempo real o que Europa, antes de preocuparse por sus fronteras, por los refugiados o por el envió de armas, estaba centrada en procurar que el continente tuviera su propia fábrica de chips, buscaba la consolidación de las empresas para mayor gloria de todos y apostaba por el muy español Open RAN (redes multifabricante) inspirado y firmado por nuestros geniales técnicos.

Pero cierro el ordenador y ya lejos de Barcelona y del ensueño del Mobile sólo me invade el anhelo de que Rusia recupere la cordura, de que una central nuclear no encuentre un misil al vuelo, de que un ciberataque no nos traiga un verano sin hielo, de que ese pequeño rubito que se refugia en mis brazos con tanto amor o aquel otro refugiado con su madre en la frontera vivan en un mundo mejor donde lo analógico y lo digital, lo real y lo virtual, lo existente y lo que está por llegar convivan en paz.

MWC 2022