En muchas ocasiones escribimos y comentamos que el mercado de los teléfonos móviles es bastante plano. Los componentes que hay son limitados y sus combinaciones tampoco son infinitas. En cuanto a los procesadores, por ejemplo, hay un par de fabricantes, que, en la gama más alta quedan reducidos a una opción.
Cuando Huawei no tenía restricciones para fabricarlos bajo arquitectura ARM, teníamos los Kirin, que desafiaban y batían en ocasiones a los de Qualcomm y Mediatek. Ahora queda Samsung con sus Exynos y una política un poco errática, además de utilizar procesadores de Qualcomm para el mercado estadounidense y los propios Exynos para el europeo.
Los modelos de la serie S22 (S22, S22+ y S22 Ultra) montan los tres el Exynos 2200, fabricado por Samsung, de ocho núcleos y tecnología de cuatro nanómetros. La elección no le sienta mal en el mundo Android, aunque los A15 Bionic de Apple le siguen sacando los colores, según los benchmarks de Geekbench, por ejemplo.
Samsung lanza sus nuevos Galaxy S22, S22+ y S22 Ultra
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Entrar por los ojos y el tacto
El diseño se ha erigido en uno de los puntos diferenciadores. No sólo por la estética, sino también por los propios materiales y la fabricación. ¿Cristal y metal? ¿Plástico y cristal?... Frontal y trasera de cristal es lo que mandan los cánones actuales. Y los S22 abrazan ese canon.
Samsung ha querido dar al S22 Ultra un aire de móvil-joya manteniendo un estilo Note, más allá del uso del S Pen
He estado probando los S22+ y S22 Ultra, dos equipos parecidos, pero a la vez muy distintos. Se ha querido dar a este último un aire de móvil-joya manteniendo un estilo Note, más allá del uso del S Pen. El resultado ha sido un diseño de bordes laterales redondeados, mientras que el superior e inferior son rectos. Muy diferente del S22+, que mantiene sus cuatro cantos redondeados.
La pantalla del Ultra se derrama un poco por los laterales, sin llegar a molestar ni en la visualización ni al sujetarlo. Y, sin embargo, me gusta mucho más el efecto de pantalla plana del más "sencillo" S22+. Sí es verdad, que la curvatura del Ultra puede ayudar a agarrarlo cuando se encuentra boca abajo en una superficie plana.
Lo que marca una diferencia muy grande en el diseño (heredado del anterior 21 Ultra) es la disposición de las cámaras: en un módulo de tres en el S22+ y cuatro cámaras que asoman individualmente en el Ultra. Por cierto, vaya tamaño de cámaras.
Ya que hemos mencionado las cámaras: gran angular, súper gran angular y dos teles con enfoque por láser para el Ultra. La principal, con un sensor de 108 millones de píxeles, los dos zooms, uno de tres aumentos ópticos y otro de 10, con sensores de diez millones de píxeles y el súper gran angular con sensor de doce megapíxeles.
Buenas cámaras, colores más naturales
O me estoy acostumbrando, o Samsung ha logrado ir rebajando la saturación de color. Para mí era uno de los mayores defectos de la configuración de sus cámaras. Cierto que ofrecían tonos muy brillantes, potenciados todavía más por la pantalla, pero eran colores poco reales. Las fotos y vídeos son ahora más de verdad.
Así como trabaja muy bien en condiciones de poca luminosidad, probablemente por la técnica de combinación de nueve píxeles para lograr uno de mayor tamaño y con mayor capacidad para atrapar la luz, en el extremo de lo negativo, el super gran angular me da tomas con poca corrección en los laterales que salen bastante deformados. Es cierto que es el efecto ojo de pez, pero...
La pantalla del Ultra es espectacular, tanto por su resolución como el refresco y por el brillo. Aquí, con un pico de brillo de 1.750 nits se puede leer el contenido a pleno sol de mediodía de agosto en el pueblo blanco que elijáis.
Cómo no, el refresco de pantalla es adaptativo en función de la tarea que esté realizando. Lo gestiona desde un hercio hasta 120, aunque lo podemos limitar en la configuración para que no suba de 60 hercios, algo que notaremos casi exclusivamente en algunos juegos. Por cierto, el muestreo táctil -las veces que comprueba si se toca la pantalla- en el modo juego sube a 240 hercios.
El móvil con puntero
Tenemos una gran pantalla (no sólo por el tamaño de 6,8 pulgadas), con un buen juego de cámaras y un procesador adecuado por supuesto 5G embutido en un diseño de móvil-joya. ¿Qué más le podemos pedir al Ultra que no nos dé otro móvil? El puntero.
Cuando Samsung presentó el primer Note, yo fui de los que dijo que eso no iba a prosperar, que se iba a quedar, en todo caso, en un terminal de nicho. Bueno, en cierta medida ha sido así. Pero yo apuntaba hacia flotas, comerciales que necesitan manejar ficheros de pedidos Excel y recabar las correspondientes firmas. Sin embargo, el nicho ha sido el de los altísimos ejecutivos.
Bueno, pues ha durado hasta ahora. Y el Note no ha desaparecido, sino que se ha reinventado en el Ultra. Y maneja todavía mejor, con más realismo de escritura, el puntero. Por cierto, a pesar de ir embutido en la parte inferior del móvil, no le aporta más grosor. El Ultra mide 163.3 x 77.9 x 8.9 y pesa 228 gramos.
La batería es de 5.000 miliamperios y, por supuesto, le da para más de un día de trabajo. Si hacemos caso a la ficha de Samsung, aguantaría hasta 38 horas de conversación sobre redes 4G, aunque siempre hay que tener cierta prevención con estos datos, ya que se basan en pruebas realizadas en determinadas condiciones. Quedémonos con que con un uso normal podría dar para cargarlo cada dos días.
¿Cuánto cuesta el capricho?
El pequeño detalle del que toca hablar ahora es el precio. El Ultra arranca en 1.259,01 euros para el modelo de ocho gigas de RAM y 128 de almacenamiento. Puestos a entrar en esta gama de precios, yo al menos subiría hasta el modelo de 256 gigas de memoria por otros 100 euros. Y si alguien cree que se puede quedar corto de RAM, por otros 100,01 euros más hay un modelo de 12 gigas de RAM y 512 de almacenamiento. Lo del céntimo es otro detalle. No son 1.459 euros, sino 1.459,01.
No es Ultra, pero es Plus (+)
Comenzando precisamente por este punto, el precio, el S22+ cuesta 200 euros menos: 1.059 para el modelo de ocho gigas de RAM y 128 de almacenamiento. Y el de 8 / 256 sube a los 1.109 euros.
Se trata de un terminal con buen diseño, agradable al tacto, bien compensado en la mano, que se puede manejar con una mano. Como su hermano mayor es de cristal -frontal y trasera- protegido por Gorilla Glass Victus y con marco metálico -aluminio armado lo llaman-. Las principales diferencias están en la pantalla y las cámaras.
Pero siguen siendo buenas. La cámara trasera es triple y los tres objetivos están enmarcados en un módulo compacto en la esquina superior izquierda. La cámara principal es un gran angular de 50 megapíxeles y las otras dos, un ultra gran angular de 12 MP y un tele con zoom óptico de tres aumentos de diez millones de píxeles.
¿Alguien ha repasado el texto del microsite del Ultra? "Marco pulido que rodea la forma extruida para lograr una elegante simetría. Y la cámara lineal, realzada por los aros de la lente de espejo, parece flotar".
Las cámaras frontales también son diferentes: de diez megapíxeles en este caso y de 40 en el del Ultra. Pero el conjunto cuenta con muy buena captura de la luz. De hecho, sólo es conveniente activar el modo nocturno cuando hay muy muy poca luz. Si no, el efecto no será nocturno, sino de día.
Por su parte, la pantalla es un panel Dynamic AMOLED (no de segunda generación como el Ultra), de 6,6 pulgadas de diagonal, con un refresco dinámico de 10 a 120 hercios y el refresco de muestreo de 240 hercios. La resolución en este caso es Full HD+ frente a la WQHD+ (3.088 x 1.440 píxeles) del Ultra.
¿Las diferencias compensan los 200 euros del Ultra? Probablemente, sí. Depende mucho de la situación económica. Pero el S22+ es una opción muy buena.
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