1. Evitar los obstáculos
Las paredes y los techos son obstáculos tícpicos para las ondas y el router no debería colocarse en el sótano, aunque tampoco en una habitación en medio de la casa. La ubicación ideal es cerca de las puertas, pues incluso la pared más fina, puede degradar la señal de la red.
2. Alineación óptima
Algunos routers, como el Archer C7 de TP-LINK, cuentan con tres antenas externas que mejoran la señal de forma significativa. Una adecuada alineación de las mismas es muy importante: La primera antena debería estar completamente vertical, la segunda, hacia adelante en posición horizontal y la tercera, hacia un lado en posición horizontal. El truco: que todas las antenas estén orientadas en distinta dirección.
3. Tener en cuenta la altura
Colocar el router en un lugar elevado es imprescindible para que las ondas se transmitan sin interferencias. Una estantería o un armario son perfectos en este sentido, salvo aquellos que estén cerca de objetos de metal como radiadores o cajones.
4. Evitar fuentes de interferencias
Otras posibles fuentes de interferencias son los dispositivos electrónicos como teléfonos inalámbricos, microondas o lavadoras, que transmiten ondas de radio en la misma banda de frecuencia, la de 2,4 GHz, que algunos routers. Para evitarlas, los usuarios pueden utilizar routers que operen en la banda de 5 GHz.
5. WiFi para el exterior
Para garantizar el funcionamiento de la red inalámbrica en la terraza o en el jardín, el router debe estar situado en una ventana que esté cerca de estas ubicaciones. Pero, esto puede atraer a usuarios no deseados, por lo que asegúrate de proteger la red con una contraseña.
6. Utiliza repetidores
Sobre todo, en casas unifamiliares con varias alturas, los repetidores inalámbricos son una muy buena opción. Reciben la señal wireless y la extienden a otras áreas de la casa en las que antes no había cobertura. Con sólo pulsar el botón WPS, el router se conectará al repetidor.
Si (
No(
