Hay a una gran parte del mundillo del deporte rey que no le gusta
El debate está servido entre los aficionados y los profesionales del fútbol. La puesta en marcha del videoarbitraje y de ayudas tecnológicas a los árbitros no ha tenido la gran aceptación que se espera. Hay a una gran parte del mundillo del deporte rey que no le gusta
La mayoría de los aficionados jóvenes ven con buenos ojos que se introduzca la tecnología en el deporte. Eso sí, también entienden las razones dadas por la bancada contraria.
La tecnología es un conjunto de técnicas y desarrollos que nos hacen la vida más fácil y en el caso del fútbol traería también más justicia ya que, gracias a ella, se podría ver si hay un fuera de juego, ha entrado una pelota en la portería o ha habido un penaltie.
Además, la tecnología ya se usa en varios deportes y en todos su implementación ha sido satisfactoria. Por ejemplo, en tenis con el ojo de halcón, en baloncesto para ver la legalidad de canastas sobre la bocina o en fútbol americano, donde todo el partido esta supervisado desde diferentes cámaras.
La principal queja que presentan los contrarios al videoarbitraje –muchos profesionales del fútbol- es que el juego se detendría mucho tiempo para valorar las jugadas. Eso dejaría fríos muscularmente a los jugadores, quitaría momentos de pasión a la grada y alargaría demasiado los partidos.
Además, el fútbol, según ellos, no es un deporte de medidas exactas sino que influye mucho la interpretación del árbitro. Hay muchas jugadas que se ven una y otra vez y, aún así, no ponen de acuerdo a los seguidores.
En fin, la tecnología, como en todos los ámbitos, se ira implementando poco a poco en el mundo del fútbol. Puede ser que estos experimentos en fase de prueba generen muchas dudas, pero con el perfeccionamiento de las técnicas y la creación del hábito estas ayudas arbitrales sumarán calidad y justicia a los eventos de fútbol.