Tal vez la operación se podría resumir en un párrafo pero resulta más propia de una novela de autor tipo 'La historia interminable' que de una realidad financiera que mantiene La Bolsa alerta. Aunque Telefónica haya anunciado su retirada definitiva de la negociación con Portugal Telecom (PT) e incluso se asegure que ha contratado al mismo despacho de abogados holandés (Brauw Blackstone Westbroek) que intervino en la creación de Brasilcel, para analizar su posible disolución -los estatutos exigen común acuerdo- el último capítulo parece no estar escrito.
En pocas palabras cabe explicar tres meses de negociaciones de la siguiente manera:
Lo que ocurre es que si interviene el tribunal de Arbitraje de La Haya y se inicia el largo camino de los juzgados, la operación se puede dilatar en exceso, algo que no conviene a ninguno de los actores puesto que el emergente y pujante mercado brasileño espera y no podría soportar un parón en el ámbito de las telecomunicaciones; ya que tiene citas internacionales de primera magnitud a la vista.
Las últimas noticias apuntan a que tanto el Gobierno portugués como PT podrían pedirle a Telefónica que retome la conversación (no hay que olvidar la voluntad de los accionistas) y ésta, se hará de rogar pero, cabe suponer que cederá.
Si nos equivocamos o no, será algo que podremos analizar en los próximos días, mientras, el trabajo está en manos de los especuladores (de Bolsa, por supuesto).