A pesar de que no sean de vinculantes, los niveles de uso de las normas y su cumplimiento son elevados debido a su aplicabilidad internacional. Las normas técnicas se desarrollan en organismos especializados en los que hay una variedad amplia de perfiles de experiencia con una participación muy relevante del sector industrial afectado o interesado en cada norma técnica. En el caso de la 5G, los organismos más relevantes son 3GPP, ETSI, UIT.
La normalización técnica tiene un doble objetivo: ofrecer servicios universales a los usuarios manteniendo o aumentando la rentabilidad. Los retos que debe afrontar la normalización con respecto al sistema de comunicación inalámbrica 5G son múltiples. Dependerán de la complejidad de las nuevas situaciones de utilización, para las cuales la 5G deberá proporcionar servicios de alta calidad.
La normalización de la 5G debe disipar dudas sobre las nuevas amenazas contra la ciberseguridad, la confianza o la privacidad, las tendencias del crecimiento económico desigual en todo el mundo, la aceptación por el público de las tecnologías inalámbricas y sus campos de aplicación, y las limitaciones legislativas.
La normalización técnica es llevada a cabo por las principales compañías que intervienen en la cadena de valor de 5G, es decir, fabricantes de componentes, desarrolladores de software, fabricantes de equipos, operadores, Universidades, desarrolladores de aplicaciones o representantes de verticales.
Estos actores debaten, intercambian información, realizan contribuciones y llegan a acuerdos en el ámbito de los organismos internacionales de normalización, en los que se toman las decisiones que finalmente forman parte del estándar. Existen varios organismos de estandarización y normalización técnica, de alcance global y regional, generalmente especializados en alguna componente del estándar.
La Comisión solicita a los Estados miembros y a la industria que se comprometan a cumplir los siguientes objetivos en relación con el enfoque de normalización técnica:
En términos de la estrategia de la UE, los principales retos identificados son:
Por lo tanto, los Estados miembros y la industria deben apoyar y fomentar un enfoque global e integrador de la normalización técnica de la 5G.
La norma técnica 5G es global y es esa la garantía de la interoperabilidad entre servicios
y redes en distintos países, similar a la tecnología 4G. Las especificaciones de la norma técnica 5G serán las mismas en cualquier lugar del mundo, y los fabricantes diseñan los equipos en base a dichas especificaciones. De este modo se garantiza la compatibilidad entre los diferentes fabricantes y entre las diferentes versiones de la norma técnica, independientemente del lugar del mundo donde nos encontremos.
La norma técnica 5G es backwards compatible.Dentro de la especificación técnica, hay partes que son de obligado cumplimiento y otras partes que son de uso opcional para servicios más específicos: cada operador decidirá en el contexto de su servicio, qué agentes y en qué ubicaciones deben usar de forma consistente la misma funcionalidad opcional.
Dado que se trata de una norma técnica a nivel mundial, desde todos los ámbitos geográficos se comparte un punto de partida común y a la vez lo suficientemente abierto y flexible para dar cabida a las diferentes especificidades que se puedan dar en diversas regiones a nivel mundial, como pueden ser las diferencias en las bandas de frecuencia en uso, potencias de funcionamiento u otros.
La norma técnica 5G es backwards compatible, lo que quiere decir que equipos desarrollados de acuerdo con versiones posteriores soportan las funciones especificadas en versiones precedentes y pueden interoperar con equipos basados en las versiones precedentes.