En 2020, un total de 675 millones de dólares en inversiones de capital fluyeron hacia la informática cuántica, de los que 528 millones se destinaron al desarrollo de hardware. El año anterior, el capital de riesgo total de solo 211 millones de dólares se dividió por igual entre hardware y software. BCG espera que en 2021 se batan los récords anteriores, con más de 800 millones de dólares en inversiones.
BCG predice una carrera entre cinco tecnologías de hardware cuántico que compiten entre sí a lo largo de esta década. A día de hoy, todas ellas presentan ventajas únicas en cuanto a rendimiento y escalabilidad, y el jurado no sabe cuál de ellas logrará una ventaja decisiva. Grandes empresas consolidadas, como IBM, Google, Honeywell y Amazon Web Services, están invirtiendo mucho junto a nuevas empresas bien financiadas, como IonQ, que salió a bolsa este año con una valoración inicial estimada en 2.000 millones de dólares.
BCG estima que la computación cuántica pueda crear un valor de 450.000 a 850.000 millones de dólares en los próximos 15 a 30 años. Los usuarios y proveedores puedan empezar a obtener un valor de entre 5.000 y 10.000 millones de dólares en los próximos tres o cinco años si la tecnología se expande con la rapidez prometida por los principales proveedores.
No hay consenso sobre el conjunto exhaustivo de problemas que podrán abordar los ordenadores cuánticos, pero la búsqueda se concentra en los siguientes tipos de problemas computacionales:
La computación cuántica puede desbloquear casos de uso en industrias que van desde las finanzas hasta la farmacéutica, pasando por la automoción y la aeroespacial. Cabe señalar que los ordenadores cuánticos tienen limitaciones, algunas de las cuales son endémicas de la tecnología. Por ejemplo, están en desventaja con respecto a los ordenadores clásicos en muchos tipos de cálculo fundamentales, como la aritmética.
De los 450.000 a 850.000 millones de dólares de valor que se espera que genere la computación cuántica a plena escala de tolerancia a fallos, alrededor del 80% (360.000 a 680.000 millones de dólares) debería corresponder a los usuarios finales, como las empresas biofarmacéuticas y de servicios financieros, y el resto (90.000 a 170.000 millones de dólares) a los actores de la industria de la computación cuántica.
La computación cuántica puede desbloquear casos de uso en industrias que van desde las finanzas hasta la farmacéutica.
Alrededor del 50% del mercado recae en los proveedores de hardware en las primeras fases de madurez de la tecnología, antes de que el valor se reparte más uniformemente con las empresas de software, servicios profesionales y redes con el tiempo. La principal limitación del sector es la disponibilidad de un hardware suficientemente potente.
Los inversores apuestan por la computación cuántica siguiendo un curso similar: alrededor del 70% de las inversiones de capital actuales se han realizado en hardware, donde los principales obstáculos tecnológicos y de ingeniería para la comercialización deben ser superados a corto plazo.
Los ingresos de la investigación comercial en computación cuántica superaron en 2020 los 300 millones de dólares, una cifra que crece rápidamente a medida que aumenta la confianza en la tecnología. Se espera que el mercado total se dispare una vez que se alcance la ventaja cuántica.