Es importante destacar que las exclusiones abarcan teléfonos móviles, ordenadores portátiles, discos duros, microprocesadores, chips de memoria y maquinaria utilizada en la fabricación de semiconductores, lo que también beneficia a empresas como Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. Esta medida representa un cambio significativo en la postura de la Administración Trump hacia las empresas estadounidenses, que han enfrentado caídas en sus sectores, especialmente en el tecnológico.
Las grandes compañías tecnológicas, conocidas como las "siete magníficas" (Apple, Microsoft, Tesla, Nvidia, Alphabet, Meta y Amazon), han sufrido pérdidas considerables, con más de 5,3 billones de dólares en valor de mercado debido a la afectación de sus cadenas de suministro, que dependen en gran medida de la producción en China. Un caso emblemático es el de Apple, cuya línea de productos, especialmente el iPhone, se ha visto amenazada por los nuevos aranceles, lo que podría elevar el precio de sus dispositivos a más de 2.200 dólares.
Por otro lado, Tesla ha experimentado una caída en su valor de acciones, pasando de aproximadamente 283 dólares el 2 de abril a un mínimo de 221 dólares. Esta situación se ha complicado por un enfrentamiento entre Elon Musk, quien está vinculado al presidente pero no ocupa un cargo oficial, y el consejero de Comercio de la Casa Blanca, Peter Navarro, en relación con los aranceles.
Ante esta situación, la reciente comunicación de las autoridades aduaneras parece indicar un cambio en la estrategia arancelaria de la Casa Blanca, que hasta ahora no ha dado los resultados esperados. A pesar del aumento de los aranceles, China también se beneficia de estas exenciones, lo que refleja la importancia del sector tecnológico en la balanza comercial entre ambas naciones.
En 2024, Estados Unidos importó bienes de China por un valor de 438.000 millones de dólares, mientras que las exportaciones hacia ese país fueron de solo 143.500 millones de dólares, lo que genera un desajuste comercial cercano a los 300.000 millones de dólares. Este desequilibrio se ha convertido en un tema central del segundo mandato de Trump desde su regreso al poder.