Una frase que repito con frecuencia a quienes se incorporan a Irontec es que nuestra sociedad de la información se sustenta sobre dos pilares fundamentales: la sincronización horaria y las relaciones que confianza que devengan de los certificados digitales.
Aunque pueda parecer una simplificación, esa frase encierra una lógica profunda; en el mundo digital, y más concretamente en los sistemas de información que sostienen nuestra economía, producción, defensa y comunicaciones, todo se coordina en base a relojes sincronizados y a elementos que garantizan que los interlocutores son quienes dicen ser. Si generalizamos un poco, veremos que hablamos de sincronización en el sentido de alineamiento y, de confianza, en el sentido de certeza compartida. No es casualidad.
Si nos retraemos un poco más y observamos el plano industrial, entenderemos que la sincronización ha sido siempre un factor clave de progreso. La Revolución Industrial cambió el mundo con la aparición del ferrocarril y, con él, la necesidad de normalizar los husos horarios. Ya no bastaba con que cada ciudad marcara su propio mediodía; había que acordar un estándar y estar alineados.
En el fondo, el mundo no ha cambiado tanto. Las alianzas fuertes, tanto entre sistemas, como empresas o naciones, consisten en alinear objetivos e intereses, y las alianzas duraderas se cimentan sobre la confianza mutua. En el contexto geoestratégico actual, Europa no puede permitirse perder el rumbo que marcó su progreso. Necesita alinear sus intereses industriales, generar sinergias entre sus actores productivos y confiar en su capacidad para proteger lo que la hace competitiva: su conocimiento y capacidad de innovación.
En ese marco, la ciberseguridad normativa, representada por estándares como TISAX en el ámbito de la automoción, se revela como una herramienta esencial para preservar nuestra propiedad intelectual y sostener una industria europea fuerte y competitiva. TISAX no es simplemente una certificación más, es un mecanismo de armonización que permite que múltiples organizaciones compartan información sensible bajo el mínimo común denominador de la confianza. No sólo protege la innovación; afianza las relaciones de negocio.
¿Y qué es la innovación? La innovación no es la hija puntual de una idea, sino el resultado de una construcción colectiva. Se da entre fabricantes, proveedores e ingenierías que desarrollan soluciones diferenciales. Y cuando uno de esos eslabones se ve comprometido, todo el ecosistema se tambalea. La información que se pierde no es sólo conocimiento: son años de inversión, son puestos de trabajo, es ventaja competitiva y, sobre todo, es confianza.
Por eso, la protección del dato no es un asunto técnico, sino una cuestión estratégica. Los estándares como TISAX establecen un marco para el alineamiento de todos los actores, para su sincronización, para que trabajen bajo el principio de que el conocimiento es un activo que debe ser protegido durante todo su ciclo de vida.
En este punto, un socio tecnológico se convierte en una pieza esencial del engranaje; ya no basta con un proveedor de herramientas, lo que se necesita es un aliado estratégico que comprenda el negocio, anticipe riesgos y acompañe a las organizaciones durante todo el ciclo de vida del dato: desde que entra en la compañía hasta que sale de ella.
Proteger la información implica actuar en cada fase de su ciclo de vida: cuando está en reposo, debe cifrarse y almacenarse con garantías; cuando está en tránsito, debe hacerlo a través de canales seguros y confiables; y cuando está en uso, debe contar con medidas que garanticen la visibilidad, el control y la trazabilidad. Esta visión holística del dato implica conocimiento técnico y experiencia operativa, pero, sobre todo, un enfoque contextualizado a la idiosincrasia de cada cliente.
Y es aquí cuando una empresa como Jesús Oñate, con gran arraigo industrial y más de 140 años de experiencia, toma la decisión de evolucionar su enfoque para con la protección del dato conforme la normativa TISAX, entendiendo que la confianza del futuro se construye desde lo digital y gracias a alianzas estratégicas. Esta alianza, forjada junto, que no con, Irontec, con el objetivo de fortalecer la protección de la propiedad intelectual a lo largo de la cadena de suministro, fue presentada en el contexto de las Digital Talks del evento BeDigital 2025 celebrado en el BEC: Bilbao Exhibition Centre, con el ánimo de promover y prescribir no un producto ni un servicio, sino un enfoque y un compromiso.
El éxito de este modelo se constata cuando una compañía con décadas de trayectoria decide avanzar sin renunciar a su esencia. Cuando entiende que la ciberseguridad no es una barrera, sino un facilitador del negocio. Que no se trata de cumplir por obligación, sino de proteger por convicción; que se trata de generar confianza, pero no sólo hacia fuera, sino también hacia dentro; que proteger la información crítica no es sólo un deber normativo, sino un acto de compromiso con el valor de la empresa y con su futuro.
Hoy, más que nunca, necesitamos aplicar con inteligencia los principios que nos permitieron llegar hasta aquí: coordinación, cooperación y confianza. Lo hicimos en el siglo XIX para hacer funcionar los trenes y lo hacemos ahora para proteger las cadenas de suministro, los flujos de información y la innovación que sostiene y define el modelo productivo europeo.
La sincronización de objetivos y la confianza entre actores no son conceptos nuevos, pero sí más necesarios que nunca. En un mundo donde los desafíos son globales, Europa sólo puede competir si se mantiene cohesionada, si sus empresas se apoyan en estándares comunes y si toda la cadena se siente parte de un todo que merece la pena proteger.
La tecnología puede y debe ser el puente entre la tradición y la innovación. Debemos estar convencidos de que proteger lo intangible es la mejor manera de proteger lo tangible: las fábricas, los empleos, el futuro de nuestra industria y, en definitiva, nuestro modelo social.
Mikel Villar es especialista senior en Tecnologías de la Información y responsable de Ciberseguridad en Irontec, una compañía tecnológica con más de 20 años de trayectoria. Con una experiencia profesional de casi dos décadas, ha desarrollado su carrera en áreas clave como los sistemas, las comunicaciones, la ingeniería de software y la ciberseguridad, liderando proyectos de transformación digital y acompañando a organizaciones de múltiples sectores en la adopción de soluciones tecnológicas innovadoras.
A lo largo de su trayectoria, Mikel ha combinado una visión estratégica con una sólida base técnica, participando tanto en la definición como en la implementación de arquitecturas IT y en el diseño de entornos seguros, escalables y resilientes. Su enfoque está centrado en aportar valor tangible a través de la eficiencia operativa, la mejora continua y la protección de los activos digitales.
Actualmente, además de dirigir equipos técnicos multidisciplinares, está especialmente enfocado en ayudar a organizaciones a entender y mitigar los riesgos tecnológicos, posicionando la ciberseguridad como un elemento clave de competitividad y continuidad de negocio.