La medida se enmarca en el acuerdo alcanzado la semana pasada entre Washington y Pekín, por el que China se compromete a agilizar la concesión de permisos para la exportación de tierras raras, materiales estratégicos clave para la industria electrónica y de defensa.
Empresas del sector tecnológico han empezado a recibir notificaciones formales de la Oficina de Industria y Seguridad (BIS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio de EE. UU., informando de que las limitaciones impuestas recientemente ya no están en vigor. Entre las compañías afectadas se encuentra Siemens Digital Industries Software, cuyo CEO, Tony Hemmelgarn, ha confirmado la recepción de la comunicación oficial.
"La Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de EE. UU. notificó recientemente a Siemens que las restricciones de control de exportación de software y tecnología de Automatización de Diseño Electrónico (EDA) a clientes en China [...] ya no están vigentes", señala Hemmelgarn. Esto implica que la firma alemana retomará el acceso total a sus productos EDA en el mercado chino, reanudando tanto ventas como soporte técnico.
También la estadounidense Synopsys, uno de los principales proveedores mundiales de herramientas de diseño de chips, ha confirmado haber recibido una notificación similar. Según la compañía, ya se están dando los primeros pasos para restablecer el acceso de sus clientes chinos a los productos afectados por las restricciones anteriores.
China se ha comprometido a acelerar las solicitudes de exportación de productos considerados "controlados", como las tierras raras
El levantamiento de las restricciones forma parte de un pacto más amplio entre ambas potencias, anunciado la semana pasada, en el que China se ha comprometido a acelerar las solicitudes de exportación de productos considerados "controlados", como las tierras raras, esenciales para la fabricación de semiconductores, baterías y otros componentes electrónicos críticos.
Por su parte, Estados Unidos ha accedido a relajar algunas de las medidas que venía aplicando sobre el sector tecnológico chino desde 2022, como parte de su estrategia para limitar el acceso del país asiático a tecnologías avanzadas que podrían tener usos militares o de inteligencia. La retirada de las restricciones al software EDA —fundamental para el diseño de circuitos integrados— representa una significativa flexibilización de esa política.
El gesto también se interpreta como un intento de reequilibrio entre la competencia tecnológica y los intereses económicos mutuos, en un momento en que la industria global demanda mayor estabilidad para avanzar en desarrollos estratégicos como la inteligencia artificial, 5G o la computación cuántica.