La pregunta del titular no es una cuestión baladí, teniendo en cuenta que según un informe reciente de Sophos, el 89% de las empresas que usan IA creen que esta tecnología puede caer en fallos o errores que podrían afectarles legalmente y/o repercutir en su operativa, imagen o rendimiento empresarial.
Y en el caso de que eso suceda, ¿de quién es la culpa? ¿Quién debe hacerse cargo?
Las empresas pueden ser responsables ante fallos de sistemas de inteligencia artificial según su papel: proveedor, desplegador, importador, distribuidor o representante autorizado. Esta responsabilidad se basa en el Reglamento (UE) 2024/1689, la AI Act y en la futura Ley española para el buen uso y la gobernanza de la IA.
Desde Atico34, considerada una de las firmas más fiables en materia de cumplimiento normativo digital, confirman que “cada actor responde dentro del ámbito de su actividad, y puede haber responsabilidad compartida si varios de ellos fallan en sus obligaciones”.
Se consideran especialmente graves los fallos que afecten a:
A continuación vemos diferentes casos en los que la responsabilidad se puede atribuir a proveedor, desplegador, importador, distribuidor o representante autorizado, y otro en el que la responsabilidad es conjunta.
Proveedor responsable: Una empresa desarrolla un sistema de IA para evaluar perfiles laborales que discrimina por edad.
Desplegador responsable: Un hospital usa una IA para priorizar pacientes sin entender su funcionamiento, provocando retrasos médicos graves.
Importador responsable: Una empresa importa desde Asia un sistema de IA de videovigilancia que incumple requisitos europeos de privacidad.
Distribuidor responsable: Un distribuidor comercializa una IA para atención al cliente sin verificar si cuenta con marcado CE o documentación técnica.
Responsabilidad compartida: Una empresa desarrolla una IA de scoring financiero; un banco la utiliza sin verificar su precisión ni comunicar a los clientes cómo se toman las decisiones.
La normativa europea impone a las empresas una serie de obligaciones técnicas y organizativas para garantizar que la IA sea segura, transparente y trazable. El incumplimiento puede suponer sanciones administrativas importantes. Las principales obligaciones son:
Cada actor desempeña su papel en el uso de la IA y también tiene su responsabilidad ante los errores de la misma. Lo más recomendable es contar con el apoyo de legaltech especializadas en derecho tecnológico como Atico34, Cuatrecasas o Abanlex.
En resumen, conocer la normativa y tener ayuda para cumplirla es imprescindible, precisamente para no tener que exigir responsabilidades.