Durante la última semana hemos tenido decenas de lanzamientos de las marcas más punteras del sector. EL IAA Mobility siempre es un escaparate perfecto para ver y analizar cómo estas marcas innovan y avanzan a nuevas tendencias del diseño que marcan un nuevo lenguaje global en temas estéticos, prácticos, de eficiencia y sostenibilidad.
El primero es la luz como material. Varios fabricantes sustituyen brillos metálicos situados principalmente en las parrillas por grafismos LED estructurales. BMW lo verbaliza sin rodeos —“reemplazar el cromo por luz”— en su nuevo lenguaje Neue Klasse, y lo traduce en unas riñoneras verticales con contorno luminoso en el iX3. La misma idea late en Mercedes con una parrilla-escultura iluminada que hace de tótem de marca en su exposición. El resultado: frentes más limpios, volúmenes más puros y una identidad reconocible de día y de noche.
Segundo, una HMI menos invasiva, más esencialista. Se impone el “menos pantalla, mejor información”: proyección baja tipo head-up panorámico cada vez más presente, displays “free-cut” y la vuelta de mandos físicos selectivos para funciones esenciales. BMW presenta su Panoramic Vision a la base del parabrisas; Volkswagen reorganiza la cabina del ID. CROSS con dos displays en el mismo eje visual y botones directos en el volante para evitar menús profundos. La ergonomía vuelve al centro, y se nota, parece ser que el esencialismo va cogiendo protagonismo.
Tercero, aerodinámica con gesto. El Polestar 5 elimina la luneta trasera como ya hicieron en el 4 y confía en un espejo digital: una decisión expresiva que libera sección posterior y mejora el flujo, con clara lectura formal tipo Kamm tail (carrocería en forma de gota de agua cortada abruptamente en la parte trasera). Hyundai, por su parte, perfila en el Concept THREE un Aero Hatch: techo fluido y portón vertical para combinar eficiencia y practicidad urbana.
En el stand del BMW, la marca germana innaugura el lenguaje de diseño Neue Klasse en un nuevo modelo de producción, el BMW iX3. Llega este nuevo lenguaje de diseño como un “reset” de marca: superficies más limpias, pocas líneas y stance muy sólido sobre las cuatro esquinas. La firma lumínica sustituye el brillo metálico y enmarca un frontal más vertical que refuerza el carácter de SAV. Dentro, el Panoramic Vision proyecta la información en la base del parabrisas y permite un salpicadero despejado, con una pantalla central recortada y un nuevo volante icónico, con menos elementos, únicamente lo esencial.
Mercedes aprovechó el salón para estrenar el GLC con tecnología EQ y enseñó una evolución de su lenguaje de diseño “Sensual Purity” con una parrilla icónica —marco cromado, tramado tipo cristal ahumado y contorno iluminado— que ya es pieza escultórica en su puesta en escena.
Por dentro, el foco está en la experiencia fluida con un MBUX Hyperscreen de nueva generación movido por MB.OS y, en clave CMF, en un interior vegano certificado como primicia industrial. Diseño, interfaz y materiales van alineados a una lectura premium contemporánea: menos ornamento y más atmósfera, aunque continuamos con la tendencia del Hyperscreen, contradiciendo los nuevos ideales que nos presentaron en el GT XX Concept.
Audi habla de “nueva claridad” y lo hace tangible con el Concept C, un deportivo eléctrico que fija cuatro principios: claro, técnico, inteligente, emocional, y adelanta la próxima gramática formal de la marca. El showcar pule el frontal con una parrilla redefinida y un juego de luces muy preciso, mientras el interior reduce ruido visual y ordena capas de información. Habrá que ver cómo se transmiten estas nuevas ideas de diseño monolítico en un producto real.
El ID. CROSS Concept aterriza como SUV compacto eléctrico “near-production” y ancla la nueva etapa de diseño en tres valores: estabilidad, simpatía y “secret sauce” (guiños a iconos VW).
Lo ves en la línea de cintura recta, el pilar C carismático y unas luces 3D que “sonríen” sin caer en el efectismo. Dentro, ambiente lounge (textiles cálidos, plantas reales en la consola) y ergonomía sencilla: dos pantallas alineadas, voz natural y botones de acceso directo. Un Volkswagen “de siempre” reimaginado para la era eléctrica asequible.
Hyundai regresa a Múnich con el Concept THREE, su primer compacto de la serie IONIQ. La propuesta destila el lenguaje “Art of Steel” —volúmenes fluidos y líneas precisas inspiradas en la maleabilidad del acero—, y estrena un Aero Hatch que combina techo estilizado con portón vertical para optimizar el packaging urbano. La Parametric Pixel evoluciona a un degradado lumínico más expresivo delante y detrás. Es un statement de proporción inteligente: menos tamaño, más carácter.
El Polestar 5 hizo su debut con un gesto radical de arquitectura y aero: sin luneta trasera, como el 4, y retrovisión digital. Ese corte permite estirar el techo, ganar espacio y limpiar la caída con una trasera de sabor Kamm (cortada) muy marcada. A ello se suma una lámina de vidrio panorámica de gran tamaño que inunda de luz el interior.
CUPRA presentó su Tindaya Showcar, una escultura rodante que sitúa al conductor en el centro y estrena un detalle clave: “The Jewel”, un elemento “phygital” que despierta el coche y actúa como nexo sensorial entre lo físico y lo digital. En CMF, la marca pone el acento en 3D knitting (tejido sin corte ni residuo) y pinturas bio-basadas en el interior, además de acabados de textura mineral que refuerzan su estética raw. Es una visión emocional y táctil del eléctrico.
Además de mostrarnos innovaciones de diseño en nuevos productos de calle, el salón también nos muestra la otra cara de la moneda, el diseño que no busca comercializarse, sino culturizarse. MINI enseñó dos JCW one-off -uno eléctrico y otro de combustión- junto a Deus Ex Machina, una lectura artesanal del icono con materiales y grafismos de actitud que nunca llegarán a producción.
Opel mezcló lo virtual y real con el Corsa GSe Vision Gran Turismo, un caso interesante de diseño que nace digital y se exhibe físico para cerrar el círculo expositivo. Dos vías distintas para cultivar ADN y comunidad.
En conjunto, IAA Mobility 2025 confirma una dirección nítida: identidad lumínica más arquitectónica, interfaces que quitan ruido sin restar control, aero convertida en gesto y materiales con propósito. Y, quizá lo más importante, una recuperación del criterio ergonómico —menos espectáculo de pantallas, más claridad de uso— que, como editores de diseño, celebramos.