La propuesta, de carácter no vinculante, busca abrir una negociación formal que podría redefinir el mapa de las telecomunicaciones en el país galo. La oferta conjunta incluye la adquisición de la mayor parte de los activos de SFR, filial de Altice France, aunque excluye determinadas participaciones y negocios estratégicos del grupo, como Intelcia, UltraEdge, XP Fibre y Altice Technical Services, además de las operaciones en los territorios franceses de ultramar. En conjunto, el acuerdo otorga a Altice France una valoración implícita de más de 21.000 millones de euros.
De acuerdo con el plan presentado, el negocio empresarial (B2B) lo asumirán principalmente Bouygues Telecom y Free-Iliad, mientras que el segmento de consumo (B2C) se repartiría entre los tres operadores. Los activos de infraestructura y frecuencias, considerados estratégicos, también se distribuirían entre las compañías, con la excepción de la red móvil de SFR en las zonas menos pobladas, que quedaría bajo control de Bouygues Telecom.
El reparto de valor entre las tres partes se establecería en torno al 43% para Bouygues Telecom, 30% para Free-Iliad y 27% para Orange. La transacción, en caso de avanzar, se sometería a un proceso de auditoría y evaluación financiera que confirme las condiciones planteadas en la oferta inicial, así como a la aprobación de los organismos regulatorios pertinentes.
La operación se enmarca en un contexto de fuerte presión sobre los márgenes del sector de las telecomunicaciones en Europa, donde el elevado nivel de competencia y los altos costes de inversión en redes de nueva generación, como la 5G, la fibra óptica y las infraestructuras de ciberseguridad, han impulsado un movimiento de consolidación entre los principales actores.
En Francia, Altice France, matriz de SFR, lleva meses explorando alternativas para reducir su abultada deuda tras completar un proceso de reestructuración financiera aprobado por el tribunal comercial de París el pasado agosto. El acuerdo con Bouygues, Free-Iliad y Orange supondría un alivio significativo para su situación financiera, al tiempo que permitiría mantener la continuidad del servicio para los clientes de SFR, uno de los operadores más antiguos y con mayor base de usuarios del país.
Para los potenciales compradores, la adquisición permitiría reforzar la resiliencia de las redes de alta velocidad, incrementar las inversiones en inteligencia artificial y ciberseguridad, y asegurar el control nacional sobre infraestructuras críticas de telecomunicaciones. Al mismo tiempo, las tres compañías se comprometen a mantener un entorno competitivo que beneficie a los consumidores franceses, evitando la concentración excesiva de poder en un único operador.